Facultad de Ar
quitectura y Diseño
21
Fotografía 2. Pintado participativo.
Al seguir estos objetivos, el curso de Taller de Urbanismo de la Facultad
de Arquitectura de la URL planteó comprender el comportamiento de los
barrancos como ejes de movilidad peatonal a lo largo de la mancha urbana
de la Ciudad de Guatemala, para lo cual utilizaron distintas tácticas urbanas
y acciones a corto plazo que buscan llegar a cambios en el largo plazo.
Esta metodología innovadora busca incluir a los ciudadanos y obtener
información desde los usuarios que permita generar indicadores para una
mejor toma de decisiones en la intervención y gestión de estos espacios
naturales.
La relevancia de los barrancos como área de estudio se debe a que estos
conforman el 42 % del territorio del área metropolitana y pueden llegar
a conformar el cinturón verde metropolitano, razón por la cual surge la
necesidad de conocer estos espacios, medirlos y, obtener información, con
el fin de tomar decisiones de diseño urbano que valoricen el área, motiven
un uso responsable del espacio y colaboren con el mantenimiento y cuidado
de los recursos naturales.
El barranco Las Guacamayas tiene una extensión de 60 hectáreas y
constituye una de las áreas verdes más importantes del municipio de Mixco
y de la Ciudad de Guatemala, también forma parte del Cinturón Ecológico
Metropolitano (CEM), el cual busca reducir el deterioro ambiental mediante
la recuperación y valoración de los barrancos.
Durante las últimas décadas, estas quebradas naturales características de
todo el territorio de la ciudad han limitado su crecimiento y expansión sin
seguir una planificación urbana. Esta condición en sus bordes ha producido
un fuerte impacto en el territorio, ya que han sido utilizados como
botaderos de basura y rellenos sanitarios, presentan fuertes problemáticas
de contaminación, deforestación e invasión de vivienda formal e informal,
lo que provoca fragmentación social
y espacial en el área metropolitana.
Parte del borde del barranco Las
Guacamayas colinda con dos
colonias residenciales, Primero de
Julio y El Milagro, cuyos bordes
se encuentran enfrentados y
conectadas espacialmente por
medio de senderos que descienden
por el barranco y se unen por
medio de un puente que cruza
el río. Este eje de conectividad
peatonal es relevante en el sector
ya que los vecinos lo utilizan para
movilizarse y realizar actividades
cotidianas como ir al trabajo o
centro educativo. Según mediciones
levantadas en trabajo de campo,
aproximadamente 700 personas al
día cruzan por el barranco en horario
de 6:00 a 18:00 horas.
Los ciudadanos utilizan estos
espacios para su movilización
cotidiana debido a que acortan el
tiempo para llegar a sus destinos.
Una persona demora 15 minutos
en cruzar el barranco a pie, de lo
contrario llegar al otro extremo