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Prólogo que intenta ser
Durante 31 semanas consecutivas publiqué (entre
el 2001 y el 2002) en el matutino guatemalteco Siglo
Veintiuno, en mi columna dominical «Sursum Corda»;
lo que he dado en llamar variaciones sobre la lectura de
la obra en dos volúmenes del filósofo italiano Giovanni
Sartori: Teoría de la democracia. Lo hice bajo las premisas
de cómo luchar en democracia por la libertad y contra
la corrupción. Elegí, al parecer, una forma inédita de
género: el ensayo por entregas, porque posibilitaba
entre los lectores de un periódico interpretaciones
dentro de la más respetuosa pluralidad.
Hoy vuelvo a estas variaciones que comenzaron, de
alguna manera, en tiempos de una de las últimas
elecciones en mi país, Argentina, ante las alternativas
que presentaban los candidatos de ese entonces,
modificándolas irreflexivamente.
Comenzaron en busca de respuesta a estas preguntas
que eran, sin duda, parecidas a la de todos los electores:
–¿Era Carlos Menem un político realista y Alfonsín un