Variaciones sobre Teoría de la democracia de Giovanni Sartori
71
Pero... ¡fíjese qué! Los griegos elegían la mayoría de los
cargos ¡por sorteo!
Y así es que los ciudadanos elegidos debían trabajar
por el bien de su comunidad. Solo que... aquí cabrá
nuevamente repetir nuestro clásico ¡fíjese que!... «La
hipertrofia política produjo la atrofia económica. En buen
romance: cuanto más perfecta se hizo la democracia
más se empobrecieron los ciudadanos. En detrimento del
‘homo economicus’ crearon el ‘animal político’», dicho
esto sin ofender a los animales.
Fue precisamente el macedonio peripatético y
putativo padre de la filosofía occidental, Aristóteles,
quien destacó que un hombre que tiene que trabajar
para vivir, no puede ser ciudadano.
Y el bueno de Jean-Jacques Rousseau, nos recordó a
mediados del siglo XVIII, que entre los inventores de
la democracia, «los esclavos eran los que trabajaban»,
ya que «la preocupación principal (de los ciudadanos)
era su propia libertad»; por eso vociferó en su Contrato
Social: «¡Qué! ¿La libertad no puede existir sin apoyarse
en los servidores? Quizá los dos extremos se tocan».
Los griegos –recontra padres de la demokratia– no
concebían al individuo como persona y precisamente
persona es la expresión que Immanuel Kant utilizaba