Variaciones sobre Teoría de la democracia de Giovanni Sartori
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Los representantes del pueblo (todos, no solo los de la
mayoría) pueden llegar a acuerdos positivos, ya que la
distribución de la intensidad de las preferencias tiende
a cambiar según el problema.
La esencia de un sistema político basado en la
compensación recíproca diferida permite resultados
donde las posibilidades corruptivas no estén al alcance
de los depredadores de las arcas del pueblo.
El voto disperso (ejemplo: referéndum) se caracteriza,
como lo hemos comprobado, por el hecho de que un
universo disperso es incapaz de interactuar y negociar.
Este tipo de negociaciones pone al pueblo en general
y no en particular, a buen resguardo de las mayorías
absolutas propensas al error por sus infalibles impulsos
mesiánicos.
Es tiempo de detener nuestras irreflexiones y regresar a
las promesas electorales, producto del escaso respeto
que no pocos políticos tienen por el pueblo que los
puede llegar a elegir.
No hay axioma más empíricamente falso y
racionalmente indefendible que «el pueblo tiene
siempre la razón».
Solo si lo reformulamos menos provocativamente