Variaciones sobre Teoría de la democracia de Giovanni Sartori
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Por tanto, la igualdad que mejor define el proceso
democrático, es la meritocracia (la igualdad de mérito),
en buen romance, la igualdad proporcional del viejo
Aristóteles: «A cada uno en proporción a su mérito,
capacidad o talento».
Dicho con palabras del filósofo-político de la
Universidad de Harvard, John Rawl (The Theory of
Justice): «debe conseguirse que las desigualdades
económicas y sociales produzcan una expectativa
razonable de redundar en beneficio de todos».
Pero si usted quiere evaluar a los gobernantes que
eligió, con base a su mérito, capacidad o talento,
seguramente se pondrá a llorar conmigo, puesto que
este escribidor también metió las patas hasta al culo,
en la selección y elección de sus elegidos.
[Pienso en Perón, Frondizi, Illía, Alfonsín, Menem y en
De la Rúa, hago mi mea culpa y me pongo a llorar]
Así es que, como la autoridad siempre se ha conectado
con la legitimidad, nunca con la legalidad, puesto
que «la autoridad equivale al poder que es aceptado,
respetado, reconocido, legítimo»; como reza el Bulletin
International des Sciences.
Los regímenes políticos están sostenidos por su
legalidad, pero pueden verse, socavados y hasta