Variaciones sobre Teoría de la democracia de Giovanni Sartori
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arduamente para asegurarse que una mayoría de los
peores no derrotara a una minoría de los mejores;
como suele ocurrir frecuentemente en las elecciones
aquí o en Gringolandia o en Grecia.
El mundo democrático, pseudo liberal, nació de la
defensa del principio de que el gobierno injusto de los
no elegidos –el de las monarquías hereditarias– debería
ser reemplazado por «el gobierno de los seleccionados».
«Las elecciones fueron concebidas como un instrumento
de selección en el sentido cualitativo del término.
A ninguna sociedad le interesa estar gobernada por
los peores», a pesar de que esto ocurre con demasiada
frecuencia, quizá para dar razón al dicho popular que
«los pueblos tienen los gobiernos que se merecen».
A medida que pasó el tiempo, «el énfasis cuantitativo
ocupó el lugar del cualitativo». Y aunque la intención
original era contar para seleccionar, en la mayoría de
las democracias de nuestro hamburguesado y en
ocasiones muy bobalizado tiempo, el instrumento
se ha apoderado del propósito, haciendo
totalmente válida la Ley de Gresham: «la cantidad
devalúa la calidad».
El gobierno de las mayorías, se ha convertido en
una corrupta Regla de Oro: consigue cuantos votos
puedas, como puedas.