Jorge Carrol

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dividida en grupos pequeños. En buen romance, los 
políticos, ya desde entonces, manipulaban la soberanía 
popular que grita «una voluntad real de un pueblo real».

«Dad  el poder a  los  muchos  y  oprimirán  a los pocos. 
Dad el poder a los pocos, y oprimirán a los muchos»

podemos leer en los Debates on the Adoption of Federal 
Constitution
, y es que el bueno de Thomas Jefferson 
(ese señor tan serio que aparece en esos apreciados 
papeles verdes llamados dólares y que fue gobernador, 
vicepresidente y presidente de USA; amén del autor de 
la Declaración y fundador de la Universidad de Virginia) 
tenía, y con razón, miedo al despotismo electivo que 
un gobierno de asamblea sin las restricciones de la 
división de poderes (Ejecutivo, Legislativo, Judicial... 
es división que muy pocos gobernantes cumplen) 
pueden generar.

El gobierno de la Revolución Francesa, recordemos que 
«fue una perfecta encarnación del ‘despotismo selectivo’, 
demostrando que ese miedo estaba plenamente 
justificado. El poder no dividido es siempre excesivo y 
peligroso
».

«La democracia representativa es un proceso 
multifacético: un elector puede ganar a nivel de su distrito 
y sin embargo perder a otros niveles, que el diputado por 
él electo esté en minoría en el Parlamento o en mayoría 
allí, pero que gobierne el partido que él no voto
».