Variaciones sobre Teoría de la democracia de Giovanni Sartori

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hace por ser el hombre el único animal que tropieza 
varias veces con la misma piedra.

Hablamos con horror de la desocupación cuando 
somos desocupados o vemos por televisión los 
atentados de la AMIA (de Buenos Aires) o del World 
Trade Center (de Nueva York), pero mientras tanto, 
seguimos tan egoístamente campantes como Johnnie 
Walker. Solo cuando algo nos afecta personalmente, 
nos angustiamos, despertamos y nos quejamos.

El estado de falta de atención de los problemas de los 
demás, es parte de nuestra idiosincrasia. El desinterés, 
la subinformación, la distorsionada percepción y la total 
ignorancia del ciudadano de a pie, común y corriente, 
nunca deja de sorprendernos, como hace unos años 
atrás no nos sorprendía que el entonces candidato 
George W. Bush no supiera el nombre del gobernante 
que posteriormente fue su aliado para atacar al radical 
régimen islámico de los talibán.

Se ha preguntado usted: –¿Cuánto sabe la gente que 
usted conoce de los asuntos públicos de su país?

Muchos no tienen opinión, sino más bien sentimientos 
inarticulados en los que se mezclan impulsos y 
diferentes estados de ánimo. Por tanto, ante un 
cúmulo de información casi igual (como es a la que