Variaciones sobre Teoría de la democracia de Giovanni Sartori

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del consumidor (¿qué otra cosa es el elector que un 
consumidor de ilusiones?) que prohibir la monopólica 
concentración del poder; el mejor medio es permitir 
pluralmente que todos los partidos políticos que 
compitan entre sí. Y como hemos visto, una y otra 
vez, aquí y allá, los partidos ganadores son aquellos 
que disponen de mayor respaldo financiero, no de las 
mejores propuestas ni de los candidatos más sabios y 
honestos.

Si las elecciones son el resultado de una voluntad 
popular: ¿Cómo llegamos a ellas?... Supuestamente 
se auscultan opiniones y deseos, pero... ¿de dónde 
vienen, y cómo y quién las formula? Tras el resultado 
eleccionario algo extraño pasa, pues mágicamente las 
promesas y los planes pre-electorales, desaparecen.

Y aunque no debemos quitar importancia a las 
elecciones, es imposible aislarlas del proceso de 
formación de opiniones, a pesar de que no pocas veces 
los electores votan por el aparentemente menos malo 
de los candidatos (¿quiere usted recordar cuántas 
veces votó así?)

«El poder electoral es en sí la garantía mecánica de 
la democracia; pero las condiciones bajo las cuales el 
ciudadano obtiene la información y está expuesto a 
las presiones de los fabricantes de opinión, son las que