Jorge Carrol

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Tomemos en serio la revolución,  

pero no nos tomemos en serio  

a nosotros mismos

¿Quién no ha leído en plena euforia electoral, 
pintarrajeadas  en paredes, propuestas como estas: 
«Todo el poder para el pueblo» o «El pueblo al poder»
Propuestas que con el tiempo se convirtieron en «todo 
el poder para nadie
» o en el más siniestro de los casos 
«todo el poder para unos pocos».

Por tanto, sería conveniente ponerse el parche antes 
de la herida y contraponer ideales y hechos, de igual 
forma que ideas y realidades.

«La política debe ser realista (dijo M. Bluntschi, doctor 
en Derecho por la Universidad de Heildelberg, 1871); la 
política debe ser idealista: dos principios que son ciertos 
cuando se complementan y falsos cuando se mantienen
».

El sistema de mercado es a la economía, lo que la 
democracia es a la política.

Para continuar esta analogía, de igual forma que no 
conocemos ningún sistema mejor de protección