Variaciones sobre Teoría de la democracia de Giovanni Sartori
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Cada uno de nosotros
es el Estado
Como algunos de mis lectores saben, he dedicado mis
últimos 50 años al servicio y orden de Nuestra Señora de
La Publicidad, por tanto estoy en condiciones de asegurar
que los ideales nacen de nuestra insatisfacción,
como una reacción a lo que no tenemos o deseamos
poseer. Valga como ejemplo, la irrealidad en la que viven
millones de mujeres (especialmente) y hombres en
todo el mundo, que recurren a la cirugía para mejorarse
exteriormente, sin preguntarse, las primeras, si a los
hombres nos agrada tocar tetas siliconadas o besar
labios ídem. Algo parecido pasa con la democracia, una
y mil veces llevada a la sala de operaciones en pos de
una mejoría cosmética.
Corre peligro la democracia por causa del idealismo,
sino del idealismo nocivo, del perfeccionismo; «el
entendimiento y uso correcto de los ideales es una cosa y
el perfeccionismo es otra».
Un ideal no se realiza, precisamente, porque es
un ideal. «Los ideales mejoran la realidad cuando no