Jorge Carrol
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El realismo político –apunta John Herz en Political
Realism and Political Idealism– «surge inevitablemente
cuando quiera que la gente se hace plenamente
consciente del fracaso de los repetidos intentos (…) de
crear un mundo mejor, o de expulsar a los malvados.
La Historia, que es un cementerio de tales intentos
de cambio, es también el lugar de nacimiento de la
desilusión realista». Desilusión realista no quiere decir,
entiéndase bien, que el realismo difunde pesimismo y
engendra decepción.
[Desilusión deviene de ilusión; es el idealismo
y no el realismo el que produce la desilusión]
«El idealismo puede asociarse al racionalismo, mientras
que el realismo al empirismo y al pragmatismo. El
racionalismo puede definirse perfectamente como el
opuesto al empirismo. Si la mente empírica se manifiesta
en el prudente lema ‘espera y ve’, la mente pragmática lo
transforma en la fórmula dinámica y resulta del «ensaya
y observa».
Así las cosas, el potencial elector de una u otra manera,
junta rabia a partir de su propia impotencia para hacer
que su elegido cumpla con sus promesas electorales,
cosa que básicamente nunca consigue y así sigue
acumulando rabia y frustraciones.
La ecuación de Hegel «lo real es racional» es también
a la viceversa, pues mientras el empirismo tiende a