Jorge Carrol
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por tanto, la democracia no es el gobierno de la
mayoría incondicional, sin límite.
Ya en 1941 J. Burham, había escrito en The Manegerial
Revolution que «la característica fundamental de la
democracia es la concesión del derecho de expresión a
las minorías», pero como por lo general los políticos
y sus funcionarios son analfabestias culturales,
aplican sentados en sus curules parlamentarias las
más distintas aplanadoras politiqueras ahogando la
expresión de las minorías. Para ella, deberán entender
como Lord Acton –The history of freedom in antiquity»,
1877– que «la demostración más segura para juzgar si
un país es realmente libre es la dosis de seguridad de que
gozan las minorías».
«En la democracia la oposición es un órgano de
la soberanía popular tan vital como el gobierno. Suprimir
la oposición es suprimir la soberanía del pueblo».
(G. Ferrero, Il Potere, 1947)
Sin embargo, es justo recordar como lo hiciera
sagazmente el periodista Jorge Palmieri en El periódico
(Guatemala, 18/7/2001), que «a veces hay algo peor
que el gobierno, y es la oposición».
Los autores citados más arriba, sin duda estaban
preocupados por las libertades individuales, libertades