Nación y estados, republicanismo y violencia

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una tropa a su disposición sin tener recursos, con el agravante de que el Estado 
Mayor del presidente estaba integrado en gran parte por oficiales salvadoreños, 
algunos de ellos parientes suyos.

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 A su vez, Montúfar deja entender que Mariano 

Gálvez andaba detrás de la visión sostenida por el oficial francés. Un Gálvez, 
que ya se mostraba como el ideólogo en ascenso de los federalistas del istmo, 
pero también interesado en reforzar al estado de Guatemala frente al desgaste 
que los otros estados ejercían sobre él por radicar en su territorio el poder 
federal y por los temores hacia los verdaderos planes de su élite económica en 
el seno de la Republica.

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Este “segundo frente” tuvo dos fases, centrándose en la disputa por la hegemonía 
centroamericana entre la Ciudad de Guatemala y la de San Salvador. La primera 
fase se caracterizó por sucesivas invasiones del territorio enemigo por ambas 
partes, en busca de tomar las capitales y, así, poner fin a la guerra. Sin embargo, 
los fracasos del ejército federal por tomar la ciudad de San Salvador en mayo de 
1827 y marzo de 1828 dieron –desde el punto de vista bélico– un empate técnico, 
el cual se rompió en junio de 1828, cuando el general Morazán –victorioso en 
un tercer frente– decidió entrar en acción en suelo salvadoreño. Tal iniciativa 
estratégica abriría la segunda fase en el frente salvadoreño-guatemalteco, la cual 
terminó –como se verá adelante– con la toma de la Ciudad de Guatemala por 
parte del Ejército Aliado Protector de la Ley, en abril de 1829. 

El ejército federal-guatemalteco invadió tres veces El Salvador. Dos veces 
durante el año de 1827 y una en el de 1828. El salvadoreño invadió dos veces 
a Guatemala, una en el año de 1827 y otra en el de 1829, siendo esta última la 
definitiva. El objetivo de tales invasiones era la captura de la capital del estado 
federal enemigo partiendo de la idea de que en ella vivía la élite que se oponía 
a la concretización de sus propias hegemonías. Para los guatemaltecos, la élite 
sansalvadoreña era el principal obstáculo para lograr extender su hegemonía y, así, 
consolidar su dominio económico y político en el ámbito centroamericano; sobre 

ibid., pp. 82-83.
ibid., p. 46. Un testimonio de época sobre el papel de Gálvez en la primera guerra federal se 

encuentra en: Arturo Taracena Arriola. Un testimonio francés del triunfo liberal de 1829: el 

papel del doctor Mariano Gálvez, pp. 143-156.