La primera guerra federal centroamericana, 1826-1829

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Ahora bien, la ciudad como locus y como centro de influencia y poder, nos 
deja varias interrogantes en relación a cómo analizar la movilización local. 
En este artículo se resaltó el papel activo del estado y del centralismo ambos 
guatemaltecos, pero también el proceso de adhesión y disputa de los poderes 
locales. El desplazamiento del interés analítico ha sido “desde arriba hacia el 
centro”, pero queda claro que el gran tema que daría una visión más integradora 
sería el de la participación “desde abajo y desde las periferias”. Más allá del carácter 
forzado y de emergencia de la movilización también actuaba el entusiasmo y el 
desentusiasmo. El de la élite y de las masas es posible percibirlo en Guatemala y 
en El Salvador, especialmente en sus capitales, pero también es posible observar 
el contexto de politización de las masas pueblerinas que ya estaban activadas 
desde la relación electoral, actividad intensa desde una década antes. Lo cierto es 
que la acción política también penetraba de manera descentrada. 

Si los efectos de la Guerra Federal tuvieron repercusiones en el mediano 
plazo, debemos reflexionar más sobre ello y entender cómo predominan las 
continuidades sobre las rupturas. La historiografía construida por liberales y 
aquella más contemporánea ligada al afán transformador, enfatiza el cambio y 
la ruptura sosteniendo el discurso de la modernidad. Como obligación plantea 
el recrear ese “antes y después” necesario a todo acto fundador a desarrollarse 
o como fundamento por el cual se legitiman discursos y creencias. Sin embargo, 
las continuidades están ahí en tanto se basan en prácticas e instituciones. Estas 
serán influidas por los sucesos contemporáneos que las moldean y modifican 
pero no por ello deben reducirse a la categoría de rémoras o de anacronismos 
sin importancia, en espera de que se diluyan. Obviamente, una perspectiva a 
más largo plazo y con documentación accesible podría enseñar cómo la cultura 
política se conjugaba con el lenguaje moderno y el pensamiento religioso, en 
contextos de políticas étnicas y sociales relacionadas con los poderes locales en un 
proceso de construcción de las formaciones estatales.

La Guerra Federal también produjo cambios y hemos mencionado algunos. Sin 
embargo, quizá el más importante en el mediano plazo es aquel que dejó activada 
una respuesta de participación masculina alrededor de la violencia que, poco 
a poco, se convirtió en un rasgo cultural, aunque poco consciente en términos