Nación y estados, republicanismo y violencia

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que oscilaban entre los 14 a los 55 años.

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 Si establecemos una relación entre 

población masculina y tropas, podemos determinar un hipotético potencial de la 
disponibilidad de hombres en las áreas de Guatemala, Chiquimula, Sacatepéquez 
y Quetzaltenango. Tomaremos como punto de partida el censo de 1825 que nos 
indica que en estas cuatro regiones se ubicaba el 60% de la población. Por lo 
que deducimos un aproximado de entre 20 000 y 25 000 hombres disponibles 
en total, sin embargo, como sabemos, solo participaba el 10% en cada momento 
de reclutamiento (Cuadro n.

o

 6). Chiquimula, una región que representaba 

únicamente el 13% de la población total en Guatemala mantuvo un proceso de 
rotación en el reclutamiento muy importante (Cuadro n.

o

 7).

Cabe recordar que la movilización de esta tropa forzada o voluntaria se enfrentaba 
rápidamente a las deserciones y bajas, en especial en época de lluvias, cuando 
los combates reducían su intensidad.

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 Otro motivo eran los posicionamientos 

políticos, por ejemplo, las tropas de Santa Ana y Sonsonate habían apoyado a 
Arce: cuando en 1827 este se retiraba de la dirección de las tropas guatemaltecas 
y federales debido a las críticas de la oficialidad guatemalteca, el Batallón de Santa 
Ana desertó en pleno, dejando sin presencia militar el área de Izalco,

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haciendo 

valer la importancia del paisanazgo.

Conforme se empantanaba la guerra, disminuía el reclutamiento guatemalteco, 
así como su entusiasmo. Los guatemaltecos al no alcanzar una toma rápida de la 
ciudad de San Salvador permitieron la recomposición salvadoreña. Por otro lado, 
las dos jornadas de 1828 mostraron el límite del alcance guatemalteco. Incluso, 
al fracasar la campaña de inicios de 1828 se volvió a replantear la necesidad 
de reforzar la defensa de la Ciudad de Guatemala con la creación de la “Gran 
Guardia Urbana”, pero esta vez iría acompañada de más amenazas que de 
apelaciones patrióticas.

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 El carácter de este tipo de milicias era transitorio en 

función de la emergencia. Meses más tarde se restableció el “cuerpo urbano”; esta 

78 Todo parece indicar que hay una similar situación en El Salvador, por lo que en el fondo había 

paridad de fuerzas.

79 Antonio Marure, op. cit., Libro 1, p. 52.
80 Manuel Montúfar, op. cit., p. 136.
81 Gilberto Valenzuela. Bibliografía Guatemalteca, pp. 205, 223.