La primera guerra federal centroamericana, 1826-1829

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Sánchez, Batres Asturias y Bolaños y Salazar. Conforme la defensa de la ciudad 
resultaba exitosa y se frenaba el avance salvadoreño, el estado guatemalteco diluía 
las veteranas milicias activas y el Cuerpo patriótico para transformarlas en fuerzas 
estatales.

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 Milicias de otros departamentos también concurrían, pero todas 

mostraban el carácter fragmentado de la sociedad guatemalteca entre élites y la 
heterogeneidad social, así como la de “paisanazgo”.

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Las municipalidades estaban a cargo de reunir al cupo, pues la oficialidad estaba 
en el campo de operaciones. La reticencia o negligencia sobre el reclutamiento 
traía sanciones para los alcaldes y comisionados nombrados para el efecto.

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 Ante 

el triunfo inicial guatemalteco aquellas tropas provenientes de Quetzaltenango, 
Sololá o Totonicapán participaron en la campaña contra El Salvador. Sin 
embargo, las deserciones y las bajas estuvieron a flor de piel y el reclutamiento 
recayó sobre todo en personas de la Ciudad de Guatemala y de Chiquimula, 
centro fronterizo. Aunque estas mantuvieron cierta participación posterior, 
disminuyó la incidencia de tropas provenientes de las ciudades de Quetzaltenango 
y Sacatepéquez (departamento vecino a la Ciudad de Guatemala), debido a la 
lejanía del teatro de guerra.

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 Estas participaban principalmente ante las amenazas 

de ataque a Guatemala. Otra intervención importante de reclutas quetzaltecos se 
dio a principios de 1828, pero solo para ser destinados a la defensa de la ciudad 
capital.

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 Esto muestra un patrón al vincularse el sentido estatal con la defensa de 

la capital, mientras la defensa del estado guatemalteco se volvía más contundente 
como discurso. Además no debemos olvidar que el esfuerzo del sentido estatal se 
reduciría la ciudad capital y Chiquimula, región fronteriza.

Al principio los reclutamientos eran numerosos, entre unos 3 500 hombres en 
armas, pero pronto se decantarían entre los 2 500 y 1 500 hombres con edades 

73 Gilberto Valenzuela. Bibliografía Guatemalteca, 202; HN, El Indicador, n.

o

 126 y n.

o

 142.

74 Idea que tomo prestada de Juan Carlos Jurado, Soldados pobres y reclutas, p. 689.
75 Gilberto Valenzuela. Bibliografía Guatemalteca, p. 204.
76 La gente participaba, algunos forzadamente y otros voluntarios, pero al hacerlo mantenía 

una concepción local y un conocimiento familiar de la geografía. El movimiento a distancia 

que imponía la lógica militar era poco aceptaba, en ese contexto las deserciones resultaban 

muy comunes.

77 BCB, Misceláneas, 10102, Denuncia contra el Diario de Guatemala.