Nación y estados, republicanismo y violencia

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La situación tomó carácter de enfrentamiento para los “sansalvadoreños”, 
quienes hicieron de ella uno de los leitmotiv de la construcción discursiva de la 
identidad salvadoreña, basada en su oposición a los comerciantes guatemaltecos 
que dominaban el sistema de préstamos para capitalizar las producciones.

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 En 

efecto, para los salvadoreños el discurso “antiaristocrático” se fusionaba con la 
evocación de Guatemala. A veces no hacían distinción entre uno y otro término. 
Tal rivalidad motivó nuevos visos en marzo de 1822 cuando Manuel José Arce, 
en su retorno a San Salvador, anexó a Santa Ana a El Salvador, en la medida que 
la ciudad, como otras, mantenía su autonomía y presentaba ambigüedades en 
su adhesión territorial.

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 Todo esto se produjo en el contexto de la deliberación 

por la anexión a México, uno de los motivos para la posterior y fallida invasión 
guatemalteca contra San Salvador y la más efectiva de Vicente Filisola.

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 Un año 

más tarde, ya salidas las tropas mexicanas y en pleno desarrollo de la Asamblea 
Nacional Constituyente en Guatemala, se produjo la insurrección del sargento 
mayor Rafael Ariza Torres, comandante del Batallón fijo en Guatemala. En 
ese contexto se movilizaron tropas salvadoreñas a Guatemala para auxiliar al 
Congreso federal; al eliminarse la amenaza insurreccional las tropas salvadoreñas 
retornaron a El Salvador y a su paso inclinaron las decisiones de cierta parte del 
liderazgo de Sonsonate para adherirse a El Salvador.

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 El asunto seguiría un poco 

después cuando la Asamblea Constituyente solicitó a Sonsonate

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 que verificara 

su adhesión a El Salvador. El liderazgo prosalvadoreño de Sonsonate pidió apoyo 
a varios pueblos circunvecinos, pero muchos de ellos favorecieron a Guatemala.

En similares términos se produjo la anexión de Ahuachapán, aunque esta vez 
los ahuachapanecos condicionaron su retorno a la devolución de ciertos pueblos 
que habían estado anteriormente bajo su influencia. Además, su incorporación la 
consideraron transitoria, pues en el ambiente político existía la idea de convertir 
a Sonsonate en un estado federal más, propuesta que sonaba en los corrillos 

38 Sajid Alfredo Herrera, 2007, op cit., p. 97.
39 Miles Wortman, op. cit., pp. 218-219.
40 Para conocer la presencia mexicana véase Mario Vásquez Olivera. El Imperio Mexicano y el Reino 

de Guatemala; Juan Carlos Sarazúa, Territorialidad, comercio y conflicto”, p. 62.

41 Manuel Montúfar, op. cit., p. 88; Sarazúa, 2007, op. cit., p. 110.
42 Jordana Dym, op. cit., p. 199.