La primera guerra federal centroamericana, 1826-1829
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provenía del interés jurisdiccional de Comayagua por su posición privilegiada
de sede de Gobierno y la expresión de autonomía de los mineros y comerciantes
tegucigalpenses, aliados a la Ciudad de Guatemala. Mientras que en Nicaragua,
las disputas se desarrollaron entre León y Granada, con cierto papel influyente
de Managua, aunque en este período no le había llegado su momento de
injerencia. Mientras tanto, en Costa Rica, las ciudades de Cartago, San José,
Heredia y Alajuela, ubicadas en el Valle Central, mantuvieron un corto proceso
de definición en torno al predominio de una ciudad sobre las otras. La posición
de sede colonial de Cartago se modificó muy temprano en una disputa militar en
1823. Estas ciudades resultaron ser el eje de gravedad de la vida urbana del siglo
XIX de Centroamérica.
2.2. Más allá de la ciudad, el estira y afloja de Sonsonate
Las ciudades mencionadas de Guatemala, El Salvador y Honduras jugaron un
papel de primer orden en la Guerra Federal, debido a su carácter de avanzada
en el campo de operaciones por parte de las tropas guatemaltecas o por ser áreas
de una región en disputa entre Guatemala y San Salvador. Este fue el caso de
las ciudades de Santa Ana y Sonsonate que, junto con Izalco y Ahuachapán
formaban la Alcaldía Mayor de Sonsonate. Mientras las primeras mantenían
una posición de alianza con Arce y el gobierno federal (por consiguiente con
los guatemaltecos),
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las segundas se inclinaron siempre por San Salvador.
Recordemos que la rivalidad entre la Ciudad de Guatemala y la de San
Salvador tenía que ver con el papel económico que jugaba la Alcaldía Mayor de
Sonsonate en la producción de añil. Esta era un área de influencia para las élites
comerciantes y productoras concentradas en las ciudades de Guatemala y San
Salvador. La condición de predominio comercial y político de Guatemala unido
a la compra de tierras en las zonas añileras por personas poderosas de Guatemala
fue suficiente motivo para la disputa, alimentada por los productores directos de
añil (cosecheros) ubicados en Sonsonate y Santa Ana, así como en la ciudad de
San Salvador. Con la reorganización de las Intendencias, Sonsonate dejó de ser
Alcaldía Mayor y se convirtió en una subdelegación adscrita a Guatemala. En el
período de la Constitución de Cádiz, las decisiones pasaron a los ayuntamientos,
lo cual disgregó el sentido territorial colonial.
37 Manuel Montúfar, op. cit., p. 128.