La primera guerra federal centroamericana, 1826-1829
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2. Bajar la escala hacia las ciudades. Guerra y ciudades
Cuando se inicia una guerra, esta desarrolla una dinámica propia y el
enfrentamiento militar coloniza la vida política y social. La Guerra Federal
surgió tras ser usada la Fuerza Armada salvadoreña como medida de presión
para intervenir en torno al descalabro político de la capital guatemalteca. Esta
intervención formó un carácter de confrontación prolongada al fracasar la
toma de la ciudad de Guatemala, cuando buscaban desequilibrar el predominio
“moderado” y restituir a las autoridades anteriores. Como sabemos, tras frenar
a las tropas salvadoreñas la respuesta guatemalteca fue relativamente pausada
y se dirigió a posicionarse en la región de Sonsonate, para desplegar con calma
su ataque a San Salvador. En ambos casos el centro de atención militar era
la toma de la ciudad capital rival. A partir de ahí vemos diversos ritmos en la
campaña, donde lo decisivo se relaciona con la imposibilidad de la toma de esa
ciudad y el juego político de las negociaciones que, presentadas como búsqueda
de solución en el terreno, supusieron ocasiones para ganar tiempo y reforzar los
operativos militares.
La no victoria rápida empantanó la guerra y las fuerzas guatemaltecas dividieron
sus acciones en dos frentes (Cuadro n.
o
3): el primero formado por el circuito
de contención sur de Honduras y San Miguel, en la que esta ciudad jugó un
importante papel en el empantanamiento militar guatemalteco. San Miguel
era una ciudad en cierta medida aliada a Guatemala por el añil y mantuvo una
constante demanda a las tropas guatemaltecas por su defensa frente a las amenaza
de la presencia de fuerzas hondureñas morazánicas. El segundo circuito estuvo
formado por el de Santa Ana y el cerco/presión sobre San Salvador, principal
escenario de la guerra.
Técnicamente, la guerra mostró un empate militar entre las fuerzas salvadoreñas
y guatemaltecas, aunque las primeras habían desarrollado capacidad táctica de
distraer y penetrar con guerrillas hacia el interior guatemalteco. El desempate
provocaría, primero, la caída del apoyo interno en Guatemala, en especial de buena
parte de la élite renuente a seguir manteniendo económicamente la guerra y ya
partícipe de un sentimiento de inefectividad del ejército guatemalteco; segundo,
la entrada de las fuerzas hondureñas encabezadas por Morazán, personaje con