Nación y estados, republicanismo y violencia
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Una vez tomada Quezaltenango, el general Cáscara envió a una fuerza en
persecución de las tropas de Pierzon que habían encontrado refugio en Malacatán
–hoy Malacatancito–, donde Fueron alcanzadas por las tropas federales al mando
de Tomás Sánchez, y luego de una batalla, las derrotaron el 28 de octubre de
1826. De acuerdo al reporte del teniente coronel Escalante, una parte de las tropas
costarricenses participaron en esa batalla y se distinguieron en la vanguardia de
las tropas federales, su reporte a las autoridades costarricenses resume la batalla
en estos términos:
En el pueblo de Pesuetabaja
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fui nombrado con la mitad de la división
de Costa Rica, a la sección de Vanguardia, al mando del teniente coronel
Tomás Sánchez de que fui su segundo; el cual mando que a marcha
redoblada camináramos a cortar la retirada e impedir se retirase al territorio
de México. No obstante así pues habiéndonos avistado en el citado pueblo
de Malacatán el 28 de octubre a las 5 y tres cuartos de la tarde fue necesario
empezar una acción que durante el día fue fuertemente sostenida por los
facciosos, más el orden de la sección de vanguardia, su denudado calor e
incesante fatiga con la obscuridad de la noche hizo decidirse la victoria en
nuestro favor a las ocho de la noche.
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Las tropas costarricenses lucharon con el Ejército federal; actuando junto al
Batallón no. 2 de infantería habían tomado Quetzaltenango y según palabras
de su oficial comandante se habían distinguido en la batalla. De acuerdo el
comandante de las tropas costarricenses, las operaciones habían permitido a los
milicianos costarricenses obtener experiencia en el campo de batalla, lo que era
de vital importancia para soldados que contaban con poco entrenamiento formal
en las artes de la guerra
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54 Posiblemente se refiere a Semetabaj, en Sololá.
55 Informe del comandante del Batallón Costa Rica de los Sucesos de la tropa. ANCR, Fondo: Guerra y
Marina, Signatura: 9658. fs. 9v-10.
56 Por lo general las milicias costarricenses solo se reunían una vez al mes para entrenarse en
los llamados “ejercicios doctrinales”, en ellos se practicaban las habilidades básicas para
desempeñarse en el campo de batalla, para una descripción de estos ejercicios véase: Compendio
de instrucción militar, que encierra las milicias de San Juan y disciplina de lanceros. San José Costa