Nación y estados, republicanismo y violencia

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municipalidades o ayuntamientos buscasen apoderarse del control de la fiscalidad, 
la justicia, el reclutamiento y acudiesen a la práctica del contrabando para expedir 
sus productos internos y obtener a cambio productos extranjeros. Por su parte, 
para su sostenimiento, el gobierno federal se dotó la asignación de cuatro rentas: 
el tabaco, las alcabalas, los correos y la pólvora. De estas contemplaba sacar a su 
vez los recursos para mantener su fuerza militar. 

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Desde la época colonial, los gastos militares ocupaban un alto porcentaje del 
presupuesto del Reino de Guatemala; en sí, un tercio. Ello servía para pagar 
sueldos, gratificaciones y parte del prest de los cuerpos veteranos fijos, así como 
de los batallones de milicianos. En julio de 1823 el Batallón fijo estaba compuesto 
de 6 compañías, con cerca de 500 hombres, ubicado en la Ciudad de Guatemala 
para proteger la sede del gobierno central, a los cuales se agregaban 5 compañías 
–400 hombres– destinadas a resguardar los distintos puntos estratégicos del hasta 
entonces Reino de Guatemala: los puertos de Trujillo y Omoa en Honduras, el 
castillo del Golfo y el presidio del Petén en Guatemala y el río San Juan en la 
frontera de Nicaragua y Costa Rica. Luego de la instauración de la República 
Federal en noviembre de 1824 y la asunción del salvadoreño Manuel José Arce a 
la presidencia de esta, en mayo de 1826 las autoridades federales pidieron para 
reforzar la existencia de los de los cupos existentes con el fin de constituir un 
Ejército permanente federal. De esa forma, se le asignaron a Guatemala 1 600 
soldados, a Nicaragua 800, a El Salvador 800, 400 a Honduras y, más tarde, 200 
a Costa Rica.

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En el plano político, la captura del jefe de estado de Guatemala (federalista) por 
orden de Arce, la consecuente desarticulación del poder legislativo estatal, la muerte 
del vicejefe Cirilo Flores, la huida de prominentes federalistas guatemaltecos hacia 
El Salvador y la instalación del gobierno “intruso” encabezado por Mariano 
Aycinena (centralista), hicieron que El Salvador tomase las armas en contra del 
gobierno federal y sus aliados los centralistas guatemaltecos, y que, poco a poco, 

6 Juan Carlos Sarazúa. Recolectar, administrar y defender: la construcción del Estado y las resistencias 

regionales en Guatemala, 1800-1871. Barcelona, Universitat Pompeu Fabra. Tesis de doctorado 

en Historia, 2013, p. 57.

ibid., pp. 265 y 276.