Nación y estados, republicanismo y violencia

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a las entidades federales. Finalmente, en cuanto a la relación con la Iglesia, los 
centralistas consideraban que los sacerdotes eran los mejores propagandistas de 
cualquier proyecto entre las poblaciones rurales y urbanas analfabetas y, que su 
sistema de cobro de impuesto evitaría que se diese el colapso de un sistema fiscal 
de origen colonial ya muy deteriorado. 

En conclusión, no era solamente la forma de gobierno (federal/centralista) lo que 
dividía y enfrentaba a los centroamericanos, sino además sus fuertes diferencias 
de opinión con respecto al estatus de los fueros eclesiásticos e indígenas, así como 
en torno a las políticas ciudadanas y económicas; es decir, a la necesidad o no de 
una ruptura tajante con la herencia del régimen colonial. Pugnas que estuvieron 
latentes en la primera Guerra Federal y que cobrarían mucho más peso en la 
segunda de ellas. 

Resulta, entonces, pertinente a nuestros ojos, tratar de entender a lo largo de esta 
obra, cómo y por qué se llegó al uso de las armas para dirimir las diversas visiones 
e intereses políticos que se tenían sobre el ejercicio de la forma de gobierno 
republicana federal y sobre los límites que la misma presentó ante el legado de una 
larga tradición colonial de poder centralizado, que benefició tanto a la Corona 
como a la élite capitalina. Debemos de contemplar los planteamientos que a nivel 
académico se han venido haciendo por parte de pensadores como Charles Tilly 
sobre el hecho de que las guerras son fundamentales en la construcción estatal 
en la medida en que facilitan las lógicas de descentralización política y, por tanto, 
las de la construcción territorial y su consecuente producto, la definición de las 
fronteras. La guerra como motor de la formación y transformación del Estado 
por medio de la sumisión del rival en un territorio dado, con la obligación para el 
vencedor, de administrar los recursos, la economía y las instituciones que existen 
ya o son creadas por este último.

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 En ese sentido, a lo largo de las páginas del 

presente libro se refuerza el papel que en la guerra y, aún más, en el fracaso 
de la República Federal de Centro América, tuvieron las regiones históricas 
preexistentes a esta, tanto en el seno de los estados federales que soportaron el 
peso de la primera Guerra Federal –El Salvador, Guatemala y Honduras– como 

4 Charles Tilly, Coerción, capital y los Estados europeos: 990-1990. Madrid, Alianza Editorial, 1992.