La primera guerra federal centroamericana, 1826-1829

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1826, se enviaron circulares a las distintas entidades y departamentos. Es de notar 
que a los departamentos donde se enviaron más copias fue a los de Chiquimula y 
Totonicapán, casi seguro por el número de cuerpos municipales reconocidos en 
los dos departamentos.

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Los resultados de la implementación de la contribución directa en el estado de 
Guatemala están reflejados en el cuadro, donde se pueden ver los resultados para 
1824-1827. El producto de la contribución aplicada en noviembre de 1825 para 
el ejercicio fiscal del siguiente año fue escaso. Apenas 1 481 pesos registrados en 
la tesorería. Eso no implica que las cantidades recaudadas no fuesen mayores 
por la falta de exigencia de las autoridades locales para cumplirla. Más bien, 
refleja cómo la implementación de estas medidas, con un control tan endeble 
sobre el territorio, evitaba que la fiscalidad estatal cumpliese su misión como 
base del Estado.

En mayo de 1827, con el alargamiento del conflicto más allá de los primeros 
cálculos, una de las medidas para apoyar este nuevo esfuerzo militar fue el intento, 
de nuevo, de recaudar fondos por medio de una nueva contribución directa, 
llamada “contribución extraordinaria patriótica”. Una de las esperanzas del 
Gobierno era que esta contribución permitiría, en un primer momento, ayudar 
con la deuda acumulada, mayor a los 130 000 pesos, derivada de los gastos de 
guerra, sobre todo por la defensa de la Ciudad de Guatemala a mediados de 
marzo de 1827. Además, los congresistas buscaban la legitimidad de esta medida 
en el hecho que se había “reducido” la carga fiscal sobre los pueblos. El decreto 
hablaba de que se veían sujetos a esta nueva gabela los “ciudadanos y habitantes 
del Estado”, incluyendo a las mujeres acomodadas, párrocos y órdenes religiosas, 
según el número de propiedades. Al igual que aquella decretada dos años antes, el 
rango de pago iba de cuatro reales a veinte pesos, según la clasificación de riqueza. 
Sin embargo, la diferencia notable con su antecesora, era que esta contribución 
se obtenía del “uno por ciento, tirado sobre los productos o ganancias de cada 
individuo, en un año”. Tarea aún más complicada que los intentos previos, pero 

14 En una nota dirigida al arzobispo, se aclara que el gobierno “ha procurado por todos los 

medios posibles que la exacción se haga por agente íntegros e inteligentes para que no sean 

vejados aquellos, y sus sacrificios, evitando una [malversación], se dirija al importante objeto 

de socorrer al erario del Estado.” AGCA, B leg. 1193 Exp. 29110, [Carta dirigida al Arzobispo, 

13 de enero de 1826].