La primera guerra federal centroamericana, 1826-1829

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en castellano dos obras más integrales para entender los primeros años de vida 
independiente en la región y el trasfondo de la ideología liberal en boga, así como 
el de las estructuras económicas heredadas de la Colonia: Julio César Pinto Soria, 
Centroamérica, de la Colonia al Estado nacional (1800-1840) –Guatemala, Editorial 
Universitaria, 1989– y Miles Wortman, Gobierno y sociedad en Centroamérica, 1680-
1840.
 San José, EDUCA-BCIE, 1991.

Sin embargo, en ambas obras –ya clásicas de la historiografía centroamericana–
el tema de las guerras federales no quedó abordado de la forma central en que 
Chamorro Zelaya lo hizo basándose en la obra pionera del general Pedro Zamora 
Castellanos, Vida militar de Centro América (Guatemala, Tipografía Nacional, 1924). 
Tal ausencia ha sido el punto de partida que ha impulsado recientemente a varios 
historiadores a reinterpretar el papel de la guerra en la formación de los Estados 
modernos, en la definición de elementos protonacionales, así como en la cultura 
de violencia que vive desde hace dos siglos Centroamérica.

Tenemos primero el libro coordinado por Juan Carlos Garavaglia, Juan Pro Ruiz 
y Eduardo Zimermann, Las fuerzas de guerra en la construcción del Estado: América 
Latina, siglo XIX 
(Buenos Aires, Proto Historia, 2012), que contiene ensayos 
sobre varios países hispanoamericanos, entre ellos dos dedicados al período y 
temáticas acá abordados. Para los editores resultaba importante demostrar el 
papel central de la guerra en el proceso de construcción de los Estados modernos 
en el subcontinente americano, haciendo énfasis en el análisis de los recursos 
dedicados a ella, así como aquellos destinados a pagar las deudas contraídas 
por los gobiernos    –ya fuesen centralistas o federalistas– en sus esfuerzos bélicos, 
realidad que condicionaba sus propias fiscalidades. A su vez, les parecía clave 
poder contabilizar el importante porcentaje que los ejércitos y los cuerpos 
paramilitares ocupaban en las reducidas burocracias hispanoamericanas y el 
alto porcentaje destructivo en hombres y riquezas que dichas guerras dejaron, 
partiendo de la consideración de que toda contienda bélica es un conflicto de 
grandes intereses, el cual se resuelve de manera sangrienta, tal y como lo había 
apuntado Carl von Clausewitz en su ensayo De la guerra (1832).

Por otra parte, la obra que ahora presentamos recoge varios de los trabajos 
presentados en la mesa “La Guerra Federal de 1826-1829” del XI Congreso 
Centroamericano de Historia, celebrado en San Cristóbal las Casas, Chiapas,