Nación y estados, republicanismo y violencia

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subrayaba Córdova– que los centralistas eran enemigos de la causa americana,

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sin tomar en cuenta la injusta repartición de las cargas fiscales y militares en el 
seno de la República, que gravaban al estado de Guatemala por ser el más rico y 
populoso.

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 García Granados, también avalaba la idea del peso del rencor entre 

los salvadoreños por el papel jugado por la élite guatemalteca durante la invasión 
de su territorio al mando del general Filisola en 1822.

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g) La posición ideológica de serviles y fiebres, incluida aquella por razones de 
oposición a la religión católica, tuvo un peso enorme a los ojos de Córdova, 
pero fue García Granados quien precisaría este argumento, señalando que el 
“conservadurismo” con que Aycinena manejó la administración del estado 
guatemalteco entre 1827 y 1829, influido por el peso ideológico de su hermano 
Juan José, poco a poco enajenó a la parte ilustrada de su propio “partido”.

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Montúfar y Coronado, por su lado, concluyó que cada partido se creyó legal y 
políticamente autorizado para usar aquellos medios que en su opinión invalidaban 
y hacían legalmente nulos todos los actos del contrario.

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h) La carga de las continuas contribuciones extraordinarias de guerra trajo como 
consecuencia que, poco a poco, se diese el descontento de un fuerte sector de 
la élite, el cual le hizo oposición al gobierno de Aycinena y procuró derribarlo. 
Según García Granados, habría que subrayar que en ello contribuyó de manera 
decisiva el apoyo de la élite antigüeña –principal productora de grana– a los 
aliados, el cual estuvo capitalizado por Gálvez, quien era fiebre. Pero también 
estaban aquellos centralistas que, aun siendo críticos, prefirieron el estatus quo y 
empezaron a trabajar por la reelección de Aycinena.

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 Por su parte, Montúfar 

y Coronado concuerda en que el peso de las repetidas contribuciones entre la 
población guatemalteca provocó que un sector importante de comerciantes de la 
capital (encabezados por las familias Asturias y Aguirre, emparentadas) y de los 

79 [Córdova] 

Apuntes, p. 10 y p. 16.

80 ibid., p 32.
81 García Granados, Memorias, II, p. 286.
82 ibid., II, p. 248.
83 Montúfar y Coronado, Memorias, p. 127.
84 García Granados, Memorias, II, pp. 248-249 y p. 253.