La primera guerra federal centroamericana, 1826-1829
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flanqueadores, integrado por las dos compañías veteranas de “patriotas” y dos de
“barreños”. Lo más difícil fue formar el cuerpo de caballería debido a la falta de
oficiales y clases veteranas que dieran la instrucción necesaria.
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Desde el inicio
Aycinena se aplicó en nombrar los oficiales de caballería entre sus partidarios
y amigos, por el peso que esta arma tenía en los combates y partiendo de la
idea de que estos podían aportar monturas más fácilmente.
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García Granados
subraya, a su vez, que para ese momento entre los nuevos reclutas, destacaban
los chapines, que “son hábiles y aprenden pronto”. Es decir, los originarios de las
ciudades de Guatemala y Antigua.
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d) El papel ideológico de la identidad y de la política. Todo indica que el lugar de
nacimiento fue un elemento importante en la fidelidad mostrada por las tropas
durante el enfrentamiento entre salvadoreños y guatemaltecos, relegando a
segundo plano las razones de pertenencia política. García Granados la ilustra con
ejemplos para el bando guatemalteco. El del subteniente chiquimulteco Trinidad
Muñoz, que sirviendo con el coronel Milla en Honduras, había sido capturado
por las tropas hondureñas e incorporado como oficial a las tropas de ese estado.
Este aprovechó la retirada del 12 de marzo por parte de las tropas guatemaltecas
del sitio de San Salvador para pasarse a ellas, por lo que fue agregado a la
Compañía de Cazadores del Batallón 1.º federal.
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[GG, II, 201]. Un mes
después, el 12 de abril, el jefe de la caballería salvadoreña, que era igualmente
chiquimulteco, y dos oficiales más de origen guatemalteco, se pasaron a las
tropas federales.
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El mismo García Granados ilustra cómo la ideología política
también contaba, como fue el caso del quetzalteco Antonio Corzo, federalista
convencido, quien a raíz de la derrota de las tropas guatemaltecas en el frente
de Los Altos, se refugió en El Salvador. Allí, durante la batalla de Gualcho, en la
que Morazán salió victorioso, su papel al frente de la caballería fue decisivo y lo
66 ibid., II, pp. 150-151.
67 Montúfar y Coronado, Memorias, p. 124.
68 García Granados, Memorias, II, p. 153.
69 ibid., II, p. 201.
70 ibid., II, p. 209.