Espacios Políticos, Año XI, número 18, junio de 2019, pp. 59-76
Jóvenes migrantes transfronterizos: Circuito laboral entre el noroccidente de
Guatemala y la Riviera maya en México
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al mayor nivel educativo, a su
experiencia vital, pero también a
la globalización, es que se trata de
jóvenes más informados y curiosos.
Por otra parte, ellos no se mueven
con sus grupos familiares, sino lo
hacen individualmente o con otros
chicos de su misma edad, y al
parecer ya no se conforman con
lo que el medio rural les puede
ofrecer y buscan oportunidades de
trabajo fuera del medio agrícola
y campesino. En este marco, la
experiencia urbana que puede brindar
Cancún, les atrae particularmente.
Para garantizar el éxito en la
cobertura del circuito migratorio,
cuentan con redes de apoyo; es
decir, con una forma de capital social.
Principalmente se trata de redes de
tipo familiar (extensa –tíos, primos,
etcétera – o nuclear –padres y
hermanos-); red de vecindad o localidad
(misma comunidad de origen); red de
tipo étnico, red de amistad o por ser
connacionales, aun si en los lugares de
destino, con frecuencia se identifican
como chiapanecos, tanto para librar
problemas ligados al estatus legal,
como por la designación de ellos por
parte de los empleadores.
Cabe añadir que las redes que
pueden brindarles las mejores
condiciones a los jóvenes migrantes,
son las que han contado con la
experiencia de vida de comunidades
en el refugio, en el propio Estado de
Quintana Roo, ubicadas durante la
segunda mitad de la década de los
ochenta en zonas de colonización
en ese territorio entonces muy poco
poblado; o bien, quienes cuentan con
redes familiares o de amistad mejor
ubicadas a nivel social, localizadas en
lugares clave o con mejores contactos
en las zonas donde trabajan.
2.3 Migración por género
Dentro de este circuito migratorio
binacional, un elemento que llama
la atención es el comportamiento
por género en la movilidad dentro
del circuito.
Una primera cuestión a señalar
en esta corriente migratoria, es
que integra un mayor número de
jovencitas, quienes sobre todo
migran a Cancún y desarrollan menos
movilidad a lo largo de la Riviera
Maya, en comparación a los hombres.
Las chicas se emplean
principalmente
en
trabajos
domésticos o como cuidadoras de
niños; es decir, formando parte de
la cadena de cuidados y de apoyo
en labores de reproducción familiar.
Ellas cuentan, generalmente, con
redes de apoyo femeninas, tanto en
las comunidades de destino, como
en las de origen. Adicionalmente,
unas pocas jóvenes que permanecen
en Cancún han podido acceder a
puestos en el sector de hotelería; sin
embargo, para ello se requiere mejor
nivel educativo, una capacitación