Carolina Rivera Farfán
Espacios Políticos, Año XI, número 18, junio de 2019, pp. 41-56
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y enviado por el Sínodo Mexicano.
Esa acción fue determinante, ya
que en ese año se fundó la Iglesia
presbiteriana del Espíritu Santo, que
quedaría inscrita en la jurisdicción
del presbiterio del golfo fundado en
Comalcalco, estado de Tabasco en
1896; Chiapas no contaba aún con
uno propio. Desde ese momento el
trabajo de presbiterianos en Chiapas
se coordinaría desde Tabasco. Por
esos años (1925), arribaron a la
región los primeros misioneros de la
Iglesia Reformada de América, con
el objetivo de apoyar la labor de la
Iglesia presbiteriana (Esponda, 1986,
p. 41), a la que se sumaron dos
organismos interdenominacionales
como la Misión Centroamericana y el
Instituto Lingüístico de Verano (ILV).
Desde entonces los presbiterianos
han tenido una importante presencia
en casi todas las regiones de los
estados de Chiapas, Campeche y
Tabasco (Rivera, 2011).
Durante las últimas décadas las
iglesias pentecostales, clásicas y
neopentecostales, han hecho una
labor misionera similar, aunque
con estrategias diferentes a la
presbiteriana. El uso de los medios
de comunicación, en lo que se han
incorporado nuevas tecnologías de
información (páginas web, internet,
entre otras), así como la realización
de intensas campañas evangelísticas,
han repercutido exitosamente en sus
acciones difusionistas. A ello se suma
la ardua y comprometida acción
participativa de fieles, quienes han
logrado generar distintos procesos
de conversión popular en regiones
rurales y urbanas. Los pentecostales
continúan con una vital dinámica de
crecimiento y expansión, gracias a la
persistencia misionera de ministros
de culto locales, pero sobre todo de
predicadores impulsados o motivados
por evangelistas guatemaltecos. Es
el caso de la Iglesia de Jesucristo
Ministerios Palabra Miel El Divino
Salvador, ministerio internacional con
sede en Santiago Atitlán, Guatemala,
que tiene la cobertura del apóstol
Gaspar Sapalú. Palabra Miel ha tenido
una rápida progresión en Chiapas,
sobre todo entre la población indígena
de localidades de municipios como
Zinacantán, San Cristóbal de Las
Casas, Comitán, Las Margaritas y
Tzimol. Hoy, su presencia se observa
también en distintos estados del país.
En esa contemporánea con-
figuración del campo religioso
también vemos intercambios y rutas
de difusión a la inversa: de México
hacia Centroamérica. Es el caso de
la Iglesia del Dios Vivo, Columna
y Apoyo de la Verdad (La Luz del
Mundo) que desde sus inicios
asumió un proyecto de expansión
y consolidación religiosa en la
frontera sur de México, con miras
a afianzar su feligresía en países
de Centroamérica.
3
Su actual líder,
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Diversos estudiosos de esta Iglesia (De la
Torre, 1995; De la Torre y Fortuny, 1991;
González, 1998; Molina y Hernández, 2002;
Fortuny, 2002) señalan que 1926 es el año que