Espacios Políticos, Año XI, número 18, junio de 2019, pp. 41-56
Creencias, rituales y religiosidades en la frontera Guatemala-México
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personas que no percibieron en la
línea fronteriza un obstáculo para
la interrelación. El primer esfuerzo
de propaganda evangélica lo realizó
un finquero de origen francés,
D. Camilo Canel, quien apoyó
la labor de un «propagandista»
que en 1878 distribuyó una gran
cantidad de ejemplares de la biblia
en pueblos del Soconusco, y logró
los primeros conversos (Esponda,
1986, p. 157). Otro francés, José
Triboullier, arribó a Guatemala en
1890 y en 1904, ya convertido, se
trasladó junto con su familia a Tuxtla
Chico (Soconusco) desde donde
formalizó la labor proselitista para
la Iglesia presbiteriana. Lo mismo
hicieron los guatemaltecos Eulalio
Ramírez y Flaviano Hernández en
las fincas de café en Cacahoatán
(Esponda, ibid.). En 1882 se dio
un acontecimiento a destacar en
el país vecino y que repercutió
posteriormente en la expansión
del presbiterianismo en Chiapas.
El presidente de Guatemala, el
liberal Justo Rufino Barrios, gestionó
ante la Iglesia presbiteriana de Estados
Unidos, con sede en New York, el envío
de misioneros para encomendarles
la difusión de sus principios e
ideología protestantes (Cantón,
1998, p. 92). Esa acción política,
promovida desde el Estado, tuvo
efectos en los contiguos chiapanecos
que reaccionaron positivamente a
actividades misioneras proselitistas.
Aunque reservada en un inicio, la
labor misionera de los guatemaltecos
estaba creando las bases para
atraer a quienes serían los primeros
misioneros nacionales, que después
se encargarían de difundir la
Palabra de Dios en las regiones
fronterizas de Soconusco y Sierra.
Sin embargo, la fecha formalmente
reconocida como la iniciación de la
obra presbiteriana en Tapachula es
la de 1913, aunque su proyecto se
desarrolló de manera formal después
de los acuerdos que sostuvieron las
Iglesias protestantes en Cincinnati y
Panamá, en 1914 y 1916, a partir de
los cuales se estableció la geografía
de su circunscripción y expansión.
De Guatemala llegaron los
primeros proselitistas que recorrieron
regiones chiapanecas y que no
solo se dirigían a los hablantes
de Kaqchikel sino también a los
castellanohablantes. La primera
misión de la Sierra se organizó
en Motozintla (centro de la región
ubicado aproximadamente a ocho
kilómetros de distancia de Mazapa),
a la que le siguieron Amatenango y
demás pueblos de la Sierra. Mazapa,
a decir de Esponda (1986, p. 36),
puede considerarse la primera iglesia
misionera presbiteriana en Chiapas.
La formalidad del movimiento y su
institucionalización se dio a partir
de 1920, año en que los serranos
tuvieron su primer contacto con
dicha iglesia cuando los visitó el
misionero José Coffin, integrante
del presbiterio del golfo de México