Carolina Rivera Farfán
Espacios Políticos, Año XI, número 18, junio de 2019, pp. 41-56
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que fueron más de cien mil refugiados
guatemaltecos asentados en México;
y 5) De los años noventa al siglo
XIX destacan la transnacionalización
de la economía como un fenómeno
registrado simultáneamente en otros
países de Centroamérica.
Es el inicio de la migración como
adaptación al mercado laboral a
la nueva fase caracterizada por la
transnacionalización de la fuerza de
trabajo. La última fase se caracteriza
por el incremento de flujos y rutas de
migrantes en tránsito, provenientes
de países centroamericanos,
sudamericanos y extracontinentales
que tienen como meta llegar a Estados
Unidos. Sin embargo, migrantes
originarios de Guatemala, Honduras,
El Salvador y Nicaragua conformaron
durante el 2005-2010 entre 92 y 95
por ciento del flujo en tránsito, cuyas
personas son retenidas (alojadas) en
las distintas estaciones migratorias,
ubicadas en el territorio mexicano
para su devolución (deportación).
Los puntos de internación se ubican
en los estados de Chiapas, Tabasco,
Campeche y Quintana Roo, por su
ubicación geográfica, Chiapas es el que
mayormente recibe la transmigración,
situación que convierte a esa parte de
la frontera en el centro de confluencia
de Norteamérica con el resto del
continente y podría considerarse como
el «puente natural» entre Estados
Unidos y los países latinoamericanos.
Aunque reiteradamente se
afirma que se trata de un territorio
transfronterizo «poroso y flexible»,
donde hasta hace pocos años el
trámite migratorio para cruzar la
línea divisoria era un mero requisito
informal, durante los últimos años
se ha acentuado la percepción de
límites fijos y claros que ponen
en entredicho la confianza mutua,
debido al carácter restrictivo de la
frontera política. La frontera vigilante
se debe al endurecimiento de las
políticas migratorias, después del 11
de septiembre, que responden a un
vínculo entre migración y seguridad
nacional. La presión de Estados
Unidos afecta la libertad con que
México afronta el tema migratorio y
su regulación. Con un discurso que
invoca la seguridad nacional, las
instancias migratorias mexicanas
han restringido los permisos y las
visas de centroamericanos que
procuran ingresar, afectando, incluso,
decisiones individuales al desear cruzar
legalmente los límites nacionales. Se
ve a la migración como una amenaza
a la seguridad de Estados Unidos,
dentro de una estrategia global de
combate al terrorismo, sostenida
en el paradigma de la securitización
para abordar el tema de la migración.
Los migrantes son posicionados en
la ilegalidad y, por lo tanto, parte de
la agenda de combate al terrorismo,
al tráfico de drogas y de armas en
la región (Instituto Centroamericano
de Estudios Sociales y Desarrollo
(Incedes) e Instituto de Estudios y
Divulgación sobre Migración, A. C.
(Inedim), 2011).
Particularmente inadecuada es
esta situación para guatemaltecos que