Rosa Torras Conangla
Espacios Políticos, Año XI, número 18, junio de 2019, pp. 5-18
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ésta fue abierta por la Comisión de
Límites hace poco más de dos años
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.
La
primera
señora
era
estadounidense, sucesora de su
esposo el magnate George Hearst,
actuando con una exención personal
otorgada por Porfirio Díaz a la
prohibición de comprar tierras en
zonas fronterizas en su calidad de
extranjera. La segunda, heredera
del mayor comerciante carmelita
de la época, Victoriano Niévez, y
casada con el también comerciante
y terrateniente carmelita Manuel
Repetto Badía, representa a cabalidad
la expansión de las élites provenientes
de la Ciudad del Carmen hacia Petén.
La modalidad de colonización
impulsada desde la Ciudad del
Carmen se desarrolló a lo largo del
siglo XIX tierra adentro, en busca del
Petén mítico hasta encontrarse con
Guatemala. Al remontar los ríos que
desaguaban en la laguna de Términos,
grandes y medianos empresarios
carmelitas avanzaron hacia el país
vecino al ritmo de la explotación
maderera, adquiriendo tierras a la
vez que asentaban sus derechos de
propiedad sobre grandes extensiones
de selva, lo que les permitió extraer
tinte, chicle y maderas preciosas para
exportar. Una vez territorializada la
cuenca del río Palizada, a partir de la
explotación del palo de tinte exportado
a Europa, las nuevas zonas a colonizar
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Archivo General del Estado de Campeche,
Colección Raúl Novelo Bombat, Municipio
Carmen, caja 23, exp. 26-892, f. 29.
debían acercarse a tierras peteneras,
siguiendo el imaginario de un tesoro
por descubrir, de un espacio «vacío».
La demanda internacional del chicle,
sobre todo de origen estadounidense,
fijó su mirada en un árbol distinto,
ahora del género de las sapotáceas,
y aportaría capital suficiente para su
explotación. Sobre el tejido de alianzas
políticas y estructura económica
oligárquica carmelita, especializada
en la economía tintórea y de
maderas preciosas, se asentaron las
grandes compañías estadounidenses
extractoras de chicle, beneficiadas por
las políticas de Porfirio Díaz.
El agrimensor Félix Roberto Shiels,
que en 1866 fue encargado de la
medición de la mayoría de propiedades
que el Gobierno mexicano adjudicó a
carmelitas y hermano del que fuera
jefe político del Carmen, mostraba en
el plano que sigue la nueva área de
expansión de la élite carmelita con
la siguiente leyenda escrita sobre el
área petenera:
Hermosos terrenos nacionales
desconocidos en su mayor extensión
entre los Ríos de Candelaria y San
Pedro, pues solo a poca distancia
de sus márgenes abundantes en
maderas preciosos y palo de tinte, se
han podido penetrar hasta el día por
falta de habitantes.
Otro agrimensor que compartía
tarea con Shiels fue Luis Valay, quien
en 1877 ya marcaba la línea recta
que años más tarde sería oficial en el