Juventino Gálvez

Espacios Políticos, Año XI, número 18, junio de 2019, pp. 113-119

119

con la realidad; el uso de la curiosidad 
con sensatez para generar nuevo 
conocimiento y su determinación por 
aprender cotidianamente a vivir, no 
dejarán, sin temor a equivocarnos, que 
pasen desapercibidos en donde sea 
que estén o a donde sea que vayan.

Congratulaciones y que Dios los 

acompañe siempre.

Referencias

Bajo, N. (s.f.). El principio revolucionario de la 

educación permanente. Inédito. Cursos 
del programa doctoral en Ciencias 
Políticas y Filosofía. Universidad 
Pontificia de Salamanca. 2012.

Bitar, S. (2014). Las tendencias mundiales y el 

futuro de América Latina (Serie Gestión 
Pública 78). Santiago de Chile: Naciones 
Unidas e Inter-American Dialogue.

Boff, L. (2008). La esperanza no puede morir. 

http://www.redescristianas.net/la-
esperanza-no-puede-morirleonardo-boff/

Delors, J. (1996). La educación encierra un 

tesoro. Madrid: Santillana/Ediciones 
Unesco.

Tünnermann, C. (1995). La educación 

permanente y su impacto en la educación 
superior. Nuevos Documentos sobre 
Educación Superior n.º 11, Unesco, p. 2.