Espacios Políticos, Año XI, número 18, junio de 2019, pp. 101-109

Entrevista al embajador Carlos Raúl Morales

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El derecho internacional ofrece 

tres formas pacíficas de solución de 
una controversia territorial surgida 
entre dos países: 1. La negociación 
directa; 2. La Corte Permanente de 
Arbitraje; y, 3. La Corte Internacional 
de Justicia. No existe otra forma de 
resolverlo, Guatemala es un país 
que privilegia la solución pacífica 
de las controversias al igual que 
Belice, porque somos miembros de 
las Naciones Unidas. Guatemala 
es signataria de la Carta de San 
Francisco de 1945 y no puede pensar 
en otra solución a este diferendo. Es 
necesario revisar las tres opciones 
que otorga el derecho internacional. 
Un arreglo bilateral es imposible 
de lograr, porque alguno de los 
dos países, o los dos, tendrían que 
renunciar a parte de sus derechos 
territoriales, lo cual no es permitido 
por la legislación de ninguna de las 
dos naciones. Sin embargo, el primer 
paso luego de reconocer a Belice 
como país independiente en 1991, 
fue sentarse a la mesa de negociación 
con los beliceños para conversar 
sobre las posibles formas de solución 
del diferendo. Estas negociaciones se 
verificaron de 1991 a octubre de 1999. 
Durante estos ocho años se buscaron 
fórmulas de solución al diferendo, 
pero principalmente sirvió para que 
ambas delegaciones se conocieran e 
intentar crear un marco de confianza 
en la medida de lo posible.  Guatemala 
dio por terminado este proceso en 
octubre del 1999, cuando el entonces 
canciller Eduardo Stein Barillas, 

planteó por nota diplomática a Belice 
la pretensión guatemalteca y dio por 
terminada la negociación bilateral.

Guatemala nunca privilegió el 

arbitraje, porque para ello fue creada 
la Corte Internacional de Justicia 
(CIJ), un órgano de Naciones Unidas, 
cuyo objetivo es resolver este tipo 
de litigios territoriales que surgen 
entre las naciones del mundo.   ¿Por 
qué arriesgarnos entonces con un 
arbitraje?, cuando quienes terminan 
resolviendo los arbitrajes son los 
asesores jurídicos de los árbitros.

Además, la Corte Permanente de 

Arbitrajes no cuenta con un método 
coercitivo de ejecución del laudo 
arbitral, su cumplimiento queda a 
voluntad de las partes. En cambio, la 
Corte Internacional de Justicia tiene 
un método coercitivo de cumplimiento 
de la sentencia, que es el Consejo de 
Seguridad de las Naciones Unidas. 
Claro, siempre y cuando ninguno de 
los cinco representantes permanentes 
vete el cumplimiento coercitivo de la 
sentencia si ese fuera el caso.

Derivado de lo anterior, Guatemala 

le propuso a Belice en octubre de 
1999 someter el diferendo territorial, 
insular y marítimo, a la jurisdicción 
de la Corte Internacional de Justicia, 
sin embargo, Belice rechazó dicha 
propuesta, tal como la rechazaron 
los ingleses a partir de la firma del 
Tratado Wyke-Aycinena de 1859.