Espacios Políticos, Año XI, número 18, junio de 2019, pp. 79-97

San Simón y su culto en un contexto de prostitución en la frontera México-Guatemala

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invitan a los espectadores a conocer 
la palabra de Dios. Dentro del poblado 
podemos encontrar adventistas del 
séptimo día, testigos de Jehová, 
bautistas, miembros de la Luz del 
Mundo, de Solo Cristo Salva, iglesias 
neopentecostales, presbiterianas, e 
incluso distintas doctrinas católicas 
como la teología de la liberación. 
san Simón se puede considerar 
parte de estas ofertas, pues aunque 
en su mayoría son católicos los que 
profesan esta creencia, es necesario 
marcar una distinción: la devoción a 
este santo está prohibida y castigada 
por la institución romana. El principal 
centro de culto en Macondo se 
encuentra en la zona de prostitución, 
ubicada en la periferia del poblado. 
Sin embargo, algunos brujos tienen 
mesas donde el santo es venerado 
y donde se trabaja desde la magia 
negra y la magia blanca. 

En uno de mis registros conocí 

a don Absalón (católico), quien 
cotidianamente se sentaba en una 
de las bancas del parque central. 
Mientras disfrutábamos de la sombra 
de un gran árbol, comenzó a criticar 
a un grupo de evangelistas que nos 
invitaban a leer la Biblia; me decía 
que los guatemaltecos solo llegan al 
pueblo a querer cambiar a la gente. 
En Macondo las tensiones sociales se 
expresan en diversas dimensiones. La 
otredad que se da a través del proceso 
migratorio, genera una serie de 
estigmas sociales que llevan consigo 

los centroamericanos provenientes 
principalmente de Honduras, El 
Salvador, Nicaragua

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 y Guatemala. 

En la conversación que tuve con 

don Absalón, le pregunté sobre el 

culto a san Simón. A partir de esto, se 

desarrolló un diálogo que expresaba las 

condiciones periféricas de la devoción. 

Absalón: Ay, señorita, perdone 

la expresión, pero ese santo es 

de las putas. 

Mónica: ¿Cómo de las putas? 

Absalón: Sí, mire, allá con las 

muchachas está el santo; solo 

allá le hacen fiesta. 

Mónica: ¿Con cuáles muchachas? 

Absalón: En la zona. Donde 

están los puteros. 

Mónica: ¿No hay alguien más 

que le haga fiesta o lo tenga? 

Absalón: Sí, hay mucho brujo acá 

que trabaja con él, pero la fiesta la 

hacen en los puteros. Pero tenga 

mucho cuidado que ese santo es 

el diablo (19 de septiembre de 

2013, en Marín, p. 79).

La situación periférica de las 

prostitutas y san Simón refleja 
el estigma social que comparten. 

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 La presencia de nicaragüenses es minoritaria 

en comparación con la población guatemalteca, 

hondureña y salvadoreña.