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Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 75-94
La corrupción: la tentación que más lucra y seduce
• La corrupción se favorece por
la escasa transparencia en las
finanzas internacionales.
• La corrupción, actualmente,
está vinculada muchas veces
con el tráfico de drogas, de
lavado de dinero sucio, el
comercio ilegal de armas y con
otras formas de criminalidad,
por ejemplo, la trata de
personas, de órganos, etc.
• La corrupción roba enormes
recursos que se sustraen de
la economía y de las políticas
sociales.
• La corrupción distorsiona de
raíz el papel de las instituciones
políticas y daña su capacidad
para asegurar el bien común de
todos los ciudadanos.
• La corrupción destruye los
sistemas legales y mina la
confianza necesaria para que
la sociedad y la actividad
económica funcionen bien
9
.
El pacto social que establecen las
sociedades se basa en la legalidad
y en el deber de sancionar a quien
no cumple con la norma establecida,
9
Como dice Torres Galarza: «los intereses
del capitalismo, expresados en una de sus
corrientes más nefastas, el neoliberalismo,
organizaron desde el Estado, el derecho y
el mercado, la negación de la diversidad,
generando el desconocimiento de los
derechos políticos, económicos, ambientales
y culturales de millones de seres humanos (y
la naturaleza). Y consagran un régimen de los
derechos supremos del capital». Democracias
en revolución y Revoluciones en democracia.
P. 63- CIS. Bolivia 2015
refrendado por una Constitución
social y política. Esto podría ayudar
sustancialmente a la lucha contra la
corrupción. Pero lamentablemente,
se suele romper ese pacto social.
Hay que recordar, sin embargo,
que la «legalidad» tiene que estar
asentada en evitar las injusticias en
el horizonte de la búsqueda del bien
común; en el destino universal de los
bienes de la tierra. (Cfr. Compendio
Doctrina Social de la Iglesia,
No 171 ss.).
En este sentido el bien común es el
conjunto interrelacionado de valores
sociales que son compartidos por
todos los miembros de la comunidad,
que beneficia simultáneamente a
la comunidad y a cada uno de sus
miembros. Es un bien que no es la
suma agregada de bienes poseídos
por los bienes individuales de
la sociedad.
Afirmamos, por otra parte, que
dentro del plano legal, la sanción
tiene que tener fuerza. Si no, las leyes
carecen de relevancia e impacto…
Ahora bien, a nuestro entender la
sanción debe tener, en términos
generales, un carácter formativo;
no es el castigo por el castigo lo que
debe pretenderse, sino la corrección
para lograr regenerar a la persona
convicta y modificar la intelección
de la sociedad y de las leyes. Así
que «no basta con meter presos» a
los corruptos. La justicia tiene que
resarcir, reparar, corregir y regenerar.