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Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 75-94

La corrupción: la tentación que más lucra y seduce

y Safira que vendieron un terreno 
supuestamente para compartirlo 
con los pobres, pero habiéndose 
quedado con una parte del precio 
(Hch.5,1). Todo ello justo en contra 
del espíritu de lo que en párrafos 
anteriores se había establecido como 
características de la novedad de esa 
comunidad donde «todos compartían 
lo que tenían y lo distribuían entre 
los pobres» (Hch.4, 32).

2. Regulaciones de la 

avaricia y la codicia

Por esta razón, frenar la avaricia, 

el amor desmedido al dinero, 
que fomenta la codicia en los que 
tienen menos, se ha combatido con 
frecuencia mediante sistemas de 
redistribución de los excedentes
 en 
los grupos sociales.

En el Antiguo Testamento, las 

leyes del Jubileo cada 50 años, 
establecían mecanismos de retorno 
de tierras hipotecadas o vendidas. El 
perdón de las deudas cada siete años, 
la prohibición de la usura; dedicar la 
segunda y tercer cosecha para los 
pobres; hacer descansar la tierra 
y el reposo del sábado, todo era un 
freno fuerte a la avaricia y la codicia. 
Todos estos mecanismos bíblicos 
ayudaban a trabajar por evitar 
los desmanes y la apropiación sin 
límites. El décimo mandamiento nos 
recuerda la prohibición de desear los  
bienes ajenos.

En comunidades de nativos de 

Norteamérica, se dio el sistema del 

Potlatch

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, donde se quemaban los 

excedentes agrícolas para evitar 

desigualdades. En sociedades 

campesinas agrarias, por ejemplo 

en Guatemala, ha habido modos de 

redistribución de los excedentes para 

frenar desigualdades crasas. Las 

cofradías y las alcaldías indígenas, por 

ejemplo, escogían como «principales» 

(alcaldes y mayordomos) a personas 

que habían acumulado bienes y dinero 

en el año; y los colocaban en cargos 

de dirigencia. Esos cargos implicaban 

gastar dinero o bienes en todas las 

celebraciones y ejercicio de su cargo. 

En parte, estos mecanismos estaban 

instituidos para frenar las tendencias 

de acaparamiento y desigualdad.

3. La globalización de la 

corrupción

La avaricia y la corrupción que 

siempre han existido, toman auge 

con el desarrollo del capitalismo, 

de manera más descarada. En 

sociedades como las del socialismo 

real se daban también mecanismos 

grandes de corrupción, pero mucho 

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 El Potlatch es un sistema complejo de 

intercambio. Mauss lo llama de «prestaciones 

sociales totales» porque va a implicar el total 

de la vida simbólica. Se trata de destruir, 

quemar, tirar al mar, hacer añicos la riqueza 

excedente; de «consumirla» de la manera 

en que se consume un leño en el fuego. El 

Potlatch es como un mecanismo de adaptación 

económica ante períodos alternantes de 

abundancia y escasez.