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Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 53-72

Potenciales impactos del cambio climático en la SAN y cómo enfrentarlos integralmente

Aunque los países menos 

desarrollados y pobres son más 
vulnerables a los riesgos climáticos, 
las pérdidas monetarias son más altas 
en los países más ricos. Sin embargo, 
los países menos desarrollados son 
menos responsables del cambio 
climático (Kreft, Eckstein, Dorsch, & 
Fischer, 2015, p. 4). En Centroamérica 
y América del Sur, el cambio climático 
sobre los sistemas físicos, biológicos, 
humanos y gestionados; provocará 
inundaciones, sequías así como 
alteraciones a los ecosistemas, la 
producción de alimento y, en general, 
sobre la economía y salud de la 
población.

Dos temas destacan en la 

región, como factores determinantes 
y con mayores impactos ante el 
cambio climático: agua y alimentos. 
Se estima que para el año 2025, 
aumentará 

considerablemente 

el 

número de personas (entre 53 millones 
y 113 millones) que vivirán en países 
con estrés hídrico (Iarna, 2011). De 
acuerdo con los datos de disponibilidad 
hídrica, durante la última década, 
ha habido una reducción de la 
disponibilidad per cápita; pues de los 
8 118 m

3

 por habitante disponibles 

en el 2001, para el 2013 se tenían 
6 049 m

3

/hab, lo que significa una 

reducción del 25 % en trece años.  
En 2013, el MAGA (citado por el Iarna, 
2015a, p. 111), estimó que existía 
un total de 1 439 994 hectáreas con 
capacidad agrícola que requieren 
riego, por lo que se realizó la siguiente 

categorización: i) muy alta necesidad 
de riego (236 243 hectáreas); ii) alta 
necesidad (316 083 hectáreas); y iii) 
media necesidad de riego (887 667 
hectáreas). 

El Insivumeh reportó, durante 

julio de 2012, condiciones climáticas 
de bajas precipitaciones, enmarcadas 
dentro del período de canícula, 
que sobrepasaron las condiciones 
normales del país, cuyo resultado fue 
la sequía meteorológica para ciertas 
zonas. La mayor parte del país no 
registró condiciones normales de 
lluvia. Adicional hubo gran cantidad 
de días sin lluvia significativa 
(ninguna mayor a un milímetro). 
Las repercusiones de lo anterior se 
reflejaron en la crisis de producción 
de alimentos, especialmente, en la 
vulnerabilidad de las familias rurales.

«La temperatura media aumentó 

0.6 °C en Guatemala, entre 1970 y 
2005. La precipitación anual media 
disminuyó 2.7 %», es decir «pasó de 
un promedio de 2 795 mm/año para 
el periodo 1950-1979 a 1 735 mm/
año para el periodo 1980-2006». 
«Las principales proyecciones hechas 
mediante modelos climáticos de 
circulación general
 (MCG), sugieren 
que en Centroamérica aumentará 
la frecuencia de estaciones 
extremadamente secas en los 
siguientes 80 años» (Iarna, 2015, 
p. 124). El riesgo aumenta, si a la 
amenaza del cambio climático se 
suma la vulnerabilidad de la región