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Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 31-49
Cambio climático: hacia dónde vamos y hacia dónde deberíamos ir
2) estrategias y 3) la difusión de
información.
Las diferentes opciones tienen
como orientación principal, la atención
a los impactos de las tres amenazas
principales; a través de manejo
integrado de recursos hídricos;
del manejo de inundaciones, tanto
urbanas como rurales; y de sistemas
de alerta temprana, ante el riesgo de
inundaciones y deslizamientos, debido
a precipitaciones extremas. Frente
a la amenaza de disminución en la
producción de alimentos, se deben
enfocar esfuerzos para desarrollar
nuevas variedades de cultivos más
resistentes, así como fortalecer y
sistematizar el conocimiento sobre
sistemas de producción tradicionales,
entre otros. Ante el riesgo de la
propagación de enfermedades por
distintos vectores de transmisión,
se debe trabajar en los sistemas
de mitigación de infecciones y la
extensión de los servicios de salud
(IPCC, 2014b, p. 19).
Las interrogantes a plantear son,
entre otras, ¿cómo las actividades
de adaptación al cambio climático
o de gestión de riesgo pueden
ser completamente integradas a
políticas de desarrollo?; y ¿quiénes
son los responsables institucionales
o nacionales de financiar los
instrumentos de adaptación diseñados
para los territorios? Para los grupos
más vulnerables son necesarias
medidas de adaptación a los impactos
de cambio climático, dado que los
mismos pueden significar pérdidas
del bienestar económico, de salud
y, en ciertas ocasiones, hasta de
vidas humanas.
7. Políticas públicas para
guiar las medidas de
adaptación al cambio
climático
Es importante resaltar que
frente a los impactos del cambio
climático, en el contexto de una
sociedad vulnerable, es urgente
considerar un amplio espectro de
respuestas políticas y estrategias a
nivel local, nacional y regional; para
lograr la adaptación a dicho cambio.
Actualmente existe en Guatemala
una variedad de políticas públicas que
intentan, bien sea la mitigación, la
adaptación o la gestión de riesgo. Por
ejemplo, la Política Nacional para la
Reducción del Riesgo a los Desastres
en Guatemala, la Política Nacional
del Cambio Climático y la Política
Nacional del Agua de Guatemala
y su Estrategia, entre otras. Sin
embargo, dichas políticas no se han
materializado en programas o planes
a nivel territorial, con estrategias
claras y con un financiamiento real,
que se traduzcan en la diminución
de la vulnerabilidad de los territorios
del país.