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Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 31-49
Cambio climático: hacia dónde vamos y hacia dónde deberíamos ir
necesidad de mitigar o adaptarse al
cambio climático, se plantean temas
de equidad, igualdad y justicia. Es
necesario señalar la participación
diferenciada en las emisiones de
GEI, por parte de ciertos países;
en los retos que afrontan, o en
las situaciones diversas en que se
encuentran y las capacidades con que
cuentan para abordar la mitigación o
la adaptación. De acuerdo a la IPCC
(Edenhofer et al., 2014, p. 5), la
evidencia demuestra que, de no existir
este reconocimiento de realidades, la
cooperación global será muy difícil.
Adaptarse o mitigar es una
decisión que ciertas naciones deben
tomar; basadas en la situación real de
las emisión de GEI, en la intensidad
de los impactos del cambio climático
y en la vulnerabilidad en que vive sus
poblaciones. La adaptación de la que
se habla se define, como el proceso
de ajuste a cambios esperados en el
clima y sus efectos. En los sistemas
humanos, la adaptación busca
moderar, evitar daños o explotar
oportunidades beneficiosas (IPCC,
2014ª, p. 5).
3. Cambio climático =
impactos en la naturaleza
El cambio climático se traduce
en alteraciones de los regímenes
climáticos, cuyos impactos en la
vida de la población mundial pueden
ser muy fuertes. Este fenómeno
mundial debe abordarse desde dos
perspectivas: global y territorial. De
esa forma, los impactos del cambio
climático pueden acotarse en cinco
grandes sistemas afectados (IPCC,
2001, pp. 9-13). El primer sistema
afectado es el de los ecosistemas.
La tendencia es la alteración en
la composición y dominancia de
las especies, por los cambios de
temperatura y la vegetación, antes que
la migración de ecosistemas (IPCC,
2001, p. 11). En Guatemala, uno de
los principales impactos específicos
esperados en los ecosistemas y la
biodiversidad, es la expansión de los
bosques secos y muy secos. Tales
ecosistemas, caracterizados por el
consumo de toda el agua que ingresa
en forma de precipitación, presentan
valores relativamente bajos de
diversidad biológica. De manera
paralela, se espera una reducción
de los bosques húmedos, muy
húmedos y pluviales. Dichos bosques
se caracterizan por brindar servicios
ecosistémicos a las comunidades
aledañas,
principalmente,
de
captación y regulación hidrológica
(Iarna, 2011, p. 69).
Se prevé que para el año 2050
hayan cambiado las condiciones
bioclimáticas de más del 50 % del
territorio nacional y que para el 2080,
esos cambios afecten el 90 % del país.
Ello se traducirá en una reducción
considerable de la superficie que
ocupan los ecosistemas naturales,