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Virginia Mosquera Salles
Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 31-49
dichos gases a nivel mundial. Si
se extiende la lista a los 20 países
que más emiten GEI, el porcentaje
aumenta al 80 % de tales emisiones.
Es decir, el resto de naciones del
mundo, juntas, generan únicamente
el 20 %. Guatemala emite tan solo,
el 0.1 % de los GEI globales (Olivier,
Janssens-Maenhout, Muntean &
Peters, 2014, p. 43).
Las emisiones de GEI han
aumentado de manera significativa,
desde 1900; pero desde la década
de los 70, su incremento ha sido de
un 90 % (IPCC, 2014b, p. 354). La
tendencia no ha cambiado y no parece
cambiar, debido a los patrones de
consumo, las formas de producción
y el crecimiento demográfico. La
ratificación de los lineamientos de la
COP 21, proporciona un posible cambio
de tendencia en las emisiones de GEI.
Países, anteriormente renuentes a
comprometerse con la reducción de
GEI, firmaron finalmente el respectivo
protocolo. Los grandes emisores de
GEI, como EE. UU., China y la Unión
Europea; y países pequeños, como
Guatemala, con bajas emisiones;
buscan la reducción de GEI,
conjuntamente, para no superar los
2 ºC de calentamiento global.
Es importante resaltar que,
tras la Revolución Industrial, la
mayoría de los ahora denominados
Estados desarrollados, creó grandes
industrias pesadas, basadas en
la quema de combustibles fósiles
baratos, como el carbón de hulla,
el lignito, la antracita y la turba.
China, India y Brasil, censurados
hoy, por ser parte de los diez países
con mayor producción de gases de
efecto invernadero, en realidad,
siguen los pasos de Estados Unidos,
Unión Europea, Rusia, que previo a
«desarrollarse», jamás consideraron
los efectos de dicha industrialización
tendría en el medio natural.
Las naciones piden trabajar en
la mitigación del cambio climático;
pero si no hay mitigación, no habrá
desarrollo sostenible. Se definió
mitigación cómo la intervención
humana para reducir las fuentes de
emisiones de GEI o para aumentar
los sumideros de GEI (Edenhofer
et al., 2014, p. 4). Los impactos
del cambio climático limitarán el
desarrollo de todos. Pero, ¿es acaso
justo medir con el mismo rasero a los
países con bajas emisiones de GEI,
que a los países que emiten el 80 %
de las mismas?
No se pretende desmeritar la
importancia de la mitigación del
cambio climático; pero hay que reducir
las emisiones mundiales de GEI, y
situar la problemática en las agendas
internacionales, como parte de las
decisiones políticas locales sectoriales.
Es preciso trabajar en una mitigación
a largo plazo, con acciones concretas
en el presente, de forma intersectorial
y con cooperación internacional. Debe
reconocerse también, que países con