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Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 3-27
La ruralidad desde el K’atun 2032: ¿Se pueden alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
PNUD, da cuenta que al año 2014, el
IDH nacional fue de 0.49; dos años
después, en 2016, el índice presentó
una leve mejora con un 0.628. Esto
sitúa al país en el puesto número 125
en el concierto del mundo. El índice
presenta notables diferencias entre
las áreas urbanas y las áreas rurales.
Los indicadores socioeconómicos de
las áreas rurales evidencia que no
tienen acceso a los servicios básicos,
ni a los recursos necesarios para
una vida digna. Las estadísticas
demuestran que los peores
indicadores sociales se concentran
entre la población indígena y se
agravan, aún más, entre las mujeres
indígenas.
La situación anterior se
convierte en un motivo mayor de
preocupación, si se toma en cuenta
que Guatemala está entre los países
más vulnerables al cambio climático.
Las condiciones económicas, políticas
y sociales colocan a la mayoría de
la población guatemalteca, en una
situación alarmante, frente a las
variaciones del clima, generadoras
de un mayor nivel de conflictividad,
entre otros escenarios, por la escasez
de los principales recursos para la
subsistencia humana.
Guatemala tuvo una primera
oportunidad de garantizar mejores
condiciones de vida para la población,
en el año 2000, al suscribir el
compromiso para el cumplimiento
de los ocho Objetivos de Desarrollo
del Milenio. Sin embargo, en 2015,
cuando se estableció el tiempo límite
para reportar los logros alcanzados,
el país acreditó únicamente, el
cumplimiento o avances en el 44 %
de los indicadores planteados.
La agenda mundial, materializada
en los diecisiete Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS), constituye una
oportunidad para mejorar las
condiciones de vida de la mayoría
de la población y, específicamente,
de la población rural, mediante la
superación de las problemáticas
sociales que generan la pobreza, la
exclusión y la discriminación. Esta
nueva agenda aporta, además, la
visión sobre el cuidado del medio
ambiente y la gestión, para hacerle
frente al cambio climático.
Se han revisado en este ensayo,
los contenidos de los ODS, así como
el Plan Nacional K’atun 2032, que
enfoca sus esfuerzos en el campo,
a través de la implementación de la
Política Nacional de Desarrollo Rural
Integral (PNDRI). Esta propuesta
gubernamental reconoce que el
desarrollo de las áreas rurales
implica el desarrollo de la sociedad
guatemalteca, en general. En cuanto
a la PNDRI se destacan algunos
aspectos que permitirían al país,
colocarse en la senda del desarrollo
sostenible, pues coinciden con la
agenda de los ODS:
1. La PNDRI sitúa a las personas
como el eje central del desarrollo
rural integral. Se establecen