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Ricardo Ernesto Marroquín

Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 3-27

en la profundización de las culturas y 
los sistemas de valores que conviven e 
intercambian en el campo guatemalteco 
(Universidad Rafael Landívar / Minugua, 
1997, pp. 298-299).

Lo anterior explica los esfuerzos 

requeridos del Estado, para dar 
respuesta a la problemática en las 
áreas rurales del país, como se ha 
propuesto en las dos últimas décadas. 
La importancia de este Acuerdo para 
el desarrollo de la política pública 
relacionada con la ruralidad, entonces, 
radica en los siguientes aspectos:

1. El acceso a la tierra y la 

capacitación deben ser los 

ejes centrales de las políticas 

del Estado, para garantizar el 

desarrollo de la población rural.

2. El Estado debe ejercer un papel 

orientador tanto en materia 

institucional y legislativa, como 

en la resolución de conflictos 

agrarios.

3. Se debe reconocer la importancia 

de la participación de todos 

los actores involucrados en el 

agro, para el diseño de planes 

y políticas de desarrollo.

Uno de los principales problemas 

para el cumplimiento del acuerdo 
señalado, fue que el acceso a la 
tierra se estableció, a través de 
los mecanismos del mercado y 
del sistema financiero, por medio 
del Fondo Nacional de Tierras 

(Fontierras). Esta situación generó 
acceso de muchas familias campesinas 
al recurso productivo, que sin el 
acompañamiento de políticas para la 
mejora de la producción, hizo inviable 
el pago de la deuda. En 2013, por 
ejemplo, la deuda agraria ascendía 
a un monto de Q221 millones; la 
mayoría de los créditos se encontraba 
en mora (Hernández, 2015, párr. 30).

La institucionalidad y política 

pública de Guatemala relacionada 
con el agro y la ruralidad, coherentes 
con los Acuerdos de Paz, tienen como 
objetivo formal la descentralización 
y el fortalecimiento del poder local. 
Se pretende mantener mecanismos 
de diálogo entre la sociedad civil y el 
Estado. Según Iarna (2015, p. 163), 
dicha institucionalidad se encuentra 
jerarquizada en tres niveles:

1. Primer nivel de mayor jerarquía. 

El binomio presidencial con los 
ministerios relacionados con el agro, 
como el de Agricultura, Ganadería y 
Alimentación; el de Desarrollo Social 
y el de Medio Ambiente y Recursos 
Naturales. Algunas secretarías, como 
la Sesán y la de Asuntos Agrarios, 
también se encuentran en este nivel, 
junto con las instancias de gobierno 
encargadas de las áreas protegidas y 
la Conred.

2. Segundo nivel desconcentrado. En 

este nivel se encuentran las instancias 
encargadas de la coordinación 
de acciones en las localidades. 
Se incluyen las gobernaciones