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Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 3-27

La ruralidad desde el K’atun 2032: ¿Se pueden alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

guatemalteca del sistema actual de 

tenencia de la tierra, al afirmar que:

Esta estructura agraria, que incluye la 
distribución y uso de los suelos, trae 
como consecuencia el empobrecimiento 
de la población que históricamente 
ha edificado sus formas de existencia 
vinculadas a la tierra, la inseguridad y 
la pérdida de soberanía alimentaria, con 
altos índices de desnutrición vinculados 
y la degradación ambiental por la 
pérdida de suelos, la deforestación y 
el uso intensivo de las fuentes de agua 
(PNUD, 2016, p. 13).

Podría afirmarse, entonces, que 

este sistema económico y político 
es la causa principal de las precarias 
condiciones de vida en las que vive 
la mayor parte de la población de 
las áreas rurales. La desigualdad 
en la tenencia y uso de la tierra, 
como recurso productivo, es una 
realidad, construida desde la Colonia, 
vigente hasta nuestros días. El 
sistema colonial impuso una serie de 
instituciones políticas y económicas 
que garantizaron, a los españoles 
y sus descendientes, grandes 
extensiones de tierra y mano de obra 
barata de campesinos indígenas, 
en condiciones muy parecidas a la 
esclavitud. Ejemplo de ello fue la 
encomienda, uno de los sistemas 
coloniales que configuró el paisaje de 
la ruralidad en este país (Martínez, 
1998, p. 48).

El gobierno de Jacobo Árbenz 

Guzmán impulsó la aprobación del 

Decreto 900, Ley de Reforma Agraria. 
Se pretendía modificar la estructura 
tradicional sobre la propiedad de la 
tierra y beneficiar a los campesinos, 
principalmente, con el recurso que se 
mantenía ocioso. Ello desencadenaría 
la contrarrevolución impulsada, 
entre otros actores, por la oligarquía 
nacional.

Con la firma de los Acuerdos 

de Paz, en 1996, se intentó revisar 
la situación del agro en el país y 
de las condiciones de vida de la 
población campesina, en el marco 
de la democracia. El Acuerdo sobre 
Aspectos Socioeconómicos y Situación 
Agraria, firmado por el Gobierno 
de Guatemala y la comandancia de 
la Unidad Revolucionaria Nacional 
Guatemalteca (URNG) en México, el 6 
de mayo de 1996, estableció algunas 
condiciones para mejorar el acceso a 
la tierra y la ruralidad en el país. En 
ese sentido, se constata que:

La resolución de la problemática agraria 
y el desarrollo rural son fundamentales 
e ineludibles para dar respuesta a la 
situación de la mayoría de la población 
que vive en el medio rural, y que es 
afectada por la pobreza, la pobreza 
extrema, las iniquidades y la debilidad 
de las instituciones estatales. (…)
Es indispensable subsanar y superar 
este legado, promover un agro más 
eficiente y más equitativo, fortaleciendo 
el potencial de todos sus actores, 
no solamente en el ámbito de las 
capacidades productivas sino también