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Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 3-27
La ruralidad desde el K’atun 2032: ¿Se pueden alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
incrementaron en todo el país durante
los últimos años, principalmente, en
las áreas rurales. Así, mientras en el
año 2000 el 74.5 % de la población
rural se encontraba en pobreza,
para 2014 el 76.1 % estaba en esta
condición. Mientras tanto, la pobreza
extrema se incrementó en 11.5 puntos
porcentuales en el área rural, al pasar
del 23.8 % en el año 2000, al 35.3 %
en el año 2014 (Encovi, 2015, p. 9).
2.2. Lo rural frente a lo
urbano
Varios datos estadísticos
demuestran la brecha existente entre
la población de las áreas rurales y la
de las áreas urbanas. Esta situación
se agrava, al tomar en cuenta que
el Estado y la sociedad guatemalteca
se han construido sobre la base del
racismo y que la mayoría de la población
rural (51 %) es indígena. Esto explica
la concentración de los más bajos
índices sociales y económicos entre la
población rural e indígena (Icefi/FIDA,
2014, pp. 10, 41).
Algunos de los datos estadísticos
presentados por el Icefi/FIDA, que
evidencian las desigualdades entre
las poblaciones rurales y urbanas son
los siguientes:
• Mientras el 90 % de la población en
áreas urbanas tiene acceso al agua
por tubería, solamente una de cada
dos personas cuenta con este servicio
en las áreas rurales. Esta situación
se vincula con el desigual acceso a
los mecanismos para la eliminación
de excrementos, lo que incide en las
condiciones de higiene y salud de la
población. El 14 % de las viviendas,
en el área rural, no cuenta con estos
mecanismos y solo 17 de cada 100
viviendas tienen inodoros.
• A pesar de encontrarse en el área
rural las hidroeléctricas, 75 % de
las viviendas rurales cuentan con
energía eléctrica mientras, en el
área urbana, 9 de cada 10 viviendas
tienen acceso a este servicio.
• Los mayores índices de analfabetismo
se concentran en la población rural.
El 66 % de las personas que viven
en el campo saben leer y escribir,
mientras que en las áreas urbanas el
índice es de 86 %. De igual manera,
el promedio de años de escolaridad
es mayor en las ciudades (7.4 años)
que en las áreas rurales (4 años).
Esta situación se agrava entre
la población indígena rural, cuyo
promedio de escolaridad es de 2.9
años de estudio.
• Si bien es cierto, el desempleo es
menor en las áreas rurales (la tasa
en el campo es de 1.9 % frente
al 3 % en las áreas urbanas), la
estabilidad laboral es mayor en las
áreas urbanas (p. 41).
La Encovi 2014 también evidenció
la brecha que existe en Guatemala
entre la población rural y la urbana.
Algunos de los datos más importantes
son los siguientes: