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Carlos Orantes Troccoli
Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 109-114
¡Debe ser placentero! Debe ser
estimulante. Por eso, más vale
estudiar un poco, cada día, y
no estudiar mucho a última
hora. Olvídese de estudiar
para ganar el examen. Usted
estudia para aprender.
3.4. Por eso, es conveniente que
usted reúna algunos recursos
mínimos:
a. El programa del curso.
b. Los diccionarios básicos
(la última edición del
Diccionario de la Real
Academia Española, un
diccionario especializado
y uno autorizado de su
disciplina, un diccionario
enciclopédico o una
enciclopedia).
c. Sus libros. Procure de tener
libros básicos, formales.
Evite las fotocopias, vaya
formando su biblioteca
profesional. Escoja los
libros; no cualquiera que
se refiera al tema. Esto
puede aclararlo con su
profesor. Después, usted
mismo escogerá sus libros.
d. Idealmente,
una
computadora portátil, si
no, en su casa debería
tener una de escritorio.
Debe tener un cuaderno
para apuntes o puede
conseguir, si tiene recursos,
una libreta electrónica de
mano (tipo Palm). Sus
apuntes debe tenerlos
organizados según tema
(curso, tema, etc.), en un
mismo archivo. Las notas
de clase deberían servirle
para orientación. El
cuaderno de clase no debe
ser la fuente de estudio.
Usted quiere estudiar
en libros, en lo real, etc.
Cada registro de datos,
hágalo
oportunamente.
No amontone apuntes.
3.5. Estudie,
además,
en
condiciones adecuadas. Mejor
si es de día, temprano, con luz
natural. Sentada(o) en una
silla adecuada. Frente a una
mesa o escritorio, igualmente
adecuado. Sin estímulos
parásitos (música, animales,
bulla, demandas familiares,
etc.). Descansada(o). Sin
sueño ni presiones. No asuma
posturas incorrectas (doblado
en la silla, recostado en el
escritorio, ni acostado en
la cama). Además, no sea
compulsivo. Estudie lo del día,
lo que le toca este día; hasta
donde el gusto le permita. A
veces es necesario forzarse un
poquito. Si lo hace con ganas,
no se dará cuenta que lo hizo.
No olvide, estudiar es un
placer. Debe ser siempre un
placer.