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Carlos Orantes Troccoli
Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 109-114
innecesariamente. No «aco-
lochar», ni confundir el argu-
mento. Ideas fluidas.
2.5. Es aconsejable evitar el mal
uso de gerundios. Escribir
en un solo tiempo verbal
y mantener coherencia de
persona (pronombre, sujeto,
género). Además, conviene
usar frases u oraciones cortas.
El punto y seguido ayuda. Lo
contrario, exceso de ideas,
amontonadas,
sin
punto;
cansa y pierde.
2.6. ¿Qué quiere hacer? ¿Informar?
¿Explicar? ¿Interpretar? ¿Co-
mentar o criticar? ¿Proponer?
¿Exponer soluciones? ¿Com-
parar? Esas son funciones del
lenguaje y se debe estructurar
la redacción, según cada una
de ellas.
a. La información se expone
en un lenguaje descriptivo:
responde a la pregunta
¿qué?
b. La explicación es un
argumento que dice cómo
ocurren: ¿por qué son así?,
¿con qué se relacionan?,
¿cuáles son sus causas?,
¿hacia dónde tienden?
c. La interpretación es el
argumento que, con base,
dice lo que no es a simple
vista observable, es decir,
la interpretación es el qué
quiere decir eso.
d. El comentario o crítica
se basa en el rigor de la
teoría y en la postura del
comentarista o crítico.
Analiza y destaca lo
positivo y lo negativo,
con fundamento y no por
razones afectivas.
e. La propuesta supone una
estructura que define un
problema, lo describe
y analiza; expone su
contexto y posibles
consecuencias. Con
base en ello, considera
las oportunidades y
capacidades que hacen
viable la propuesta; la cual
debe quedar expuesta con
claridad y, sobre todo, con
estructura de operatividad.
f.
La exposición de
soluciones, semejante
a lo anterior, recoge las
distintas propuestas y
salidas, las ubica y, si
así se espera, analiza la
viabilidad de cada una
de ellas.
g. La comparación es una
exposición de alternativas
o posturas. Éstas deben
ubicarse con objetividad,
analizar sus conveniencias
o inconveniencias; si lo
requieren, fundamentar la
más pertinente.
2.7. Si necesita citar autores o
ubicar fuentes, siempre hágalo