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Carlos Rafael Cabarrús Pellecer, S. J.
Espacios Políticos, Año X, número 17, agosto de 2018, pp. 75-94
Si se ha tenido éxito en ese
empeño, este triunfo es entonces
una hebra muy fuerte. Aquí podrían
venir deseos de propuestas nuevas a
muchos niveles: económicos, sociales,
políticos, religiosos… que van a dar
más fuerza a este incipiente tejido.
Poder colaborar en detectar
personas líderes —lo deseable es
que surja pronto un equipo de líderes
que puedan ir alternando el ejercicio
de la autoridad— eso puede ser un
aporte externo. Brindar ayuda para
la formación de esos participantes
puede también ser una contribución
de personas ajenas al tejido. El
tejido comienza como algo pequeño,
un micro-tejido, pero puede irse
relacionando con otros micro-tejidos
y formar así alianzas estratégicas
y tácticas para la consecución de
las metas.
Estos nuevos líderes tendrían que
realizar, por decirlo así, una tarea
titánica donde la bandera sea la
moralidad y donde la honestidad de
las personas se haga notar con fuerza.
Que lo de recuperar la decencia sea su
característica. Que se note que cada
miembro de estos nuevos tejidos
tiene la convicción de la justicia y de
la lucha contra la corrupción a todos
los niveles. Recordando siempre que
la convicción obliga a reordenar
todas las acciones según eso que
decimos que valoramos. Esta
convicción debe producir hábitos
que hagan que esos ideales se vayan
notando en nuestro quehacer diario.
Pero esto no se logra en solitario.
Sería constituir entonces tejidos
sociales que, empapados de esta
cruzada, contagiaran a otros tejidos,
a muchas personas, para rescatar la
humanidad y la tierra del caos en que
la hemos sometido.
4.5 La constitución
de macro-tejidos,
como plataforma
de moralización
de la política y de
consecución de una
nueva meta de
sociedad, la Eutopía
Como señala el documento citado
de Promotio Iustitiae, a pesar de las
dificultades, hay signos nuevos de
esperanza. De alguna manera, afirma
que «está surgiendo una nueva
sociedad global». Esto se favorece,
indica, cuando, por ejemplo, se llevan
a cabo acciones directas para hacer
frente al deterioro ambiental a través
de nuevos medios de comunicación y
fomentadas por comunidades locales.
Lo mismo se favorece al desarrollar
prácticas laborales justas y promover
la solidaridad por encima de fronteras
y niveles de ingresos.
Todo ello nos lanza, por tanto,
a pretender un cambio civilizatorio.
Lo que está pervirtiendo la sociedad
no se soluciona con un juego de
«técnicas» económicas o políticas.
Hay que trabajar por eliminar la