Héctor Oswaldo Samayoa Sosa

Espacios Políticos, año X, número 16, noviembre de 2017, pp. 77-88

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candidatos propuestos por una 
comisión de postulación integrada por 
un representante de los Rectores de 
las Universidades del país, quien la 
preside, los Decanos de las Facultades 
de Derecho o Ciencias Jurídicas 
y Sociales de cada Universidad 
del país, un número equivalente 
de representantes electos por la 
Asamblea General del Colegio de 
Abogados y Notarios de Guatemala y 
por igual número de representantes 
electos por los magistrados titulares 
de la Corte de Apelaciones y demás 
tribunales a que se refiere el 
artículo 217 de esta Constitución. 
(Constitución Política de la República 
de Guatemala, 1985)

 El modelo de comisiones de 

postulación entró rápidamente en 
crisis, especialmente por la forma 
secreta y no deliberante en la 
escogencia de las personas para las 
funciones judiciales. En el año 1998, 
la Comisión para el Fortalecimiento 
de la Justicia, creada a partir de la 
suscripción de los Acuerdos de Paz 
en 1996, presentaba en su informe 
sobre el sistema de justicia, la 
existencia de diversas prácticas que 
irrumpían en la independencia judicial 
y, además, que eran mecanismos 
idóneos para la impunidad. Entre 
esas prácticas resaltó el sistema de 
elección interviniente de jueces, el 
tráfico de influencias y la existencia 
del denominado «amiguismo» en 
dichos procesos.

El informe temático sobre 

procesos de selección de magistrados 
que emite la Cicig evidencia que 
el antecedente del mecanismo 
de selección y nombramiento 
de funcionarios de justicia es la 
negociación y cabildeo de los 
candidatos. Así, en el año 2004 
ocho nombres fueron cabildeados 
desde mucho meses antes de la 
instalación oficial de dicha comisión 
y, a la postre, estas ocho personas 
fueron nombradas como magistrados 
titulares (Cicig, 2009, p. 8).

El relator especial sobre la 

independencia de los magistrados y 
abogados de Naciones Unidas, en su 
informe sobre la misión realizada a 
Guatemala, manifestó que:

La forma de designación de  
magistrados da lugar a grandes 
injerencias, sobre todo, por la 
politización del proceso y la falta de 
reglamentación sobre las comisiones 
postuladoras, lo que sin duda hacía que 
la selección se basara en cuestiones 
subjetivas y en las inclinaciones 
políticas de los candidatos. (Despouy, 
2009, p. 10) 

Se intentó, entonces, en lugar 

de hacer una reforma constitucional 
al modelo, hacer un planteamiento 
de ajustes o reestructuras sobre el 
mismo, tal y como se ha planteado 
ahora. Se emite el Decreto Legislativo 
19-2009, Ley de Comisiones de