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Edgar Balsells
Espacios Políticos, año X, número 16, noviembre de 2017, pp. 51-62
mentalidades y se actúa por medio de
la acción social, la acción económica
y la normativa, siendo que el campo
de las leyes y el Derecho, persigue
la sustentación de las estructuras
económicas y sociales y sobre todo
el ordenamiento social. Todo esto
está atado a procesos culturales,
en donde destaca la presencia de lo
simbólico, el lenguaje, la retórica,
la argumentación, la persuasión, las
ideas, y por supuesto la ideología
16
.
Resulta entonces interesante
la siguiente afirmación de Habermas
en relación con la racionalidad de los
procesos que se juegan en la esfera
estatal:
En los contextos de comunicación
no solamente llamamos racional a
quien hace una afirmación y es capaz
de defenderla frente a un crítico,
aduciendo las evidencias pertinentes,
sino que también llamamos racional a
aquél que sigue una norma vigente y
es capaz de justificar su acción frente a
un crítico interpretando una situación
dada a la luz de [las] expectativas
legítimas de comportamiento. E
incluso llamamos racional a aquél que
expresa verazmente un sentimiento
(…) y que después convence a un crítico
de la autenticidad de la vivencia así
develada sacando las consecuencias
16
ibid., pág. 31.
prácticas y comportándose en forma
consistente con lo dicho
17
.
Así, por ejemplo, en el ambiente
de la política monetaria, o bien del
propio desarrollo municipal, hay
en el medio variadas posturas y
mentalidades que es preciso encuadrar
y delimitar, principalmente bajo dos
grandes esquemas: el de las políticas
ortodoxas, afines al denominado
Consenso de Washington, de claro
corte neoclásico; y el de las políticas
heterodoxas, afines al denominado
Postconsenso de Washington, de
corte neokeynesiano y estructuralista,
más apegado a la planificación y
la presencia de regulaciones de
mercado.
Siguiendo al recordado analista
social Ignacio Martín Baró, S. J.,
debe admitirse que, por ejemplo, en
el campo de la propia sociología del
conocimiento, esta «nos ha enseñado
que la perspectiva determina el
panorama y que los intereses desde
los que se ve la realidad condicionan
y limitan lo que se puede ver»
18
.
El tema de la actitud, nos lleva
entonces al término «postura», tan
necesario para comenzar con un
acto cognoscitivo preanalítico que
17
Ver a este respecto: Habermas, J. (1981). Teo-
ría de la acción comunicativa, Tomo I. México, D.
F.: Editorial Taurus.
18
Ver en Martín Baró, I. (2001). Psicología social
desde Centroamérica. 11.ª edición. San Salva-
dor: Editorial Universidad Católica.